El capitán Daniel S. Cruz llega todos los días a su trabajo con una sola meta: garantizar la seguridad de los pasajeros que usan los trenes y autobuses de Metro.
“Amo este trabajo. Para mí es una gran motivación levantarme todos los días y llegar aquí para mantener la seguridad del público. Ése es el reto diario, que nuestros usuarios puedan transportarse sin que nadie los amenace ni moleste”, asegura Cruz, quien forma parte del grupo de agentes del Departamento del Sheriff de Los Ángeles asignados a Metro.
Cruz llegó a Metro en diciembre de 2010 y desde entonces está a cargo del segmento norte de la Oficina de Servicio de Tránsito (Transit Service Bureau). Sus responsabilidades incluyen la supervisión de más de 250 personas, entre ellas 200 agentes del Sheriff, así como vigilar la seguridad de las Líneas Roja, Naranja, Púrpura y Dorada. (Metro Red Line, Orange Line, Purple Line & Gold Line).
En términos generales, el capitán Cruz dice que los trenes y autobuses de Metro son bastante seguros. “Muy rara vez ocurren incidentes violentos, pero de cualquier manera siempre estamos atentos, no podemos confiarnos”, asegura.
Los problemas más comunes con los que su departamento se enfrenta están relacionados con gente que comete delitos menores como fumar, comer, vender mercancías o dañar los asientos o las ventanas de los autobuses y trenes.
“Todas estas faltas se tienen que sancionar porque impiden que los pasajeros tengan un viaje cómodo y seguro. No podemos tolerar que algunos dañen la propiedad de Metro y que los demás usuarios tengan que subirse a un tren o a un autobús sucio, rayado o con los vidrios rotos o que otros los molesten ofreciéndoles productos o alimentos que incluso pueden enfermarlos pues no sabemos su procedencia”, explica.
Otra falta que cometen algunos pasajeros de trenes es que no pagan su pasaje. “Estimamos que entre un 2 y 4% de los usuarios se sube sin pagar. No vale la pena porque tenemos agentes que hacen recorridos para verificar que todos lleven su boleto y, si no es así, la multa es de 240 dólares”, precisa.
Cruz agrega que en los últimos meses se ha notado un incremento en el robos de productos electrónicos como teléfonos celulares, iPads y otras computadoras portátiles. “Una de las recomendaciones que le hacemos al público es que mantengan todo el tiempo con ellos sus pertenencias. A veces la gente se confía y descuida sus bolsas o portafolios y los ladrones se aprovechan para robarles”, dice.
Para garantizar la seguridad en los autobuses y trenes de Metro, el capitán precisa que Metro cuenta con cámaras de video a bordo de todas las unidades, así como con botones de alarma para que la gente pida auxilio en caso de una emergencia. “Y en todos los trenes”, dice, “siempre viajan agentes del Sheriff, ya sea con uniforme o a veces vestidos de civil”.
De padres puertorriqueños y nacido en Nueva York, Cruz llegó a California en 1976 e ingresó al Departamento del Sheriff en 1979. Cuenta que desde muy joven se sintió inclinado a entrar a las fuerzas del orden porque tenía varios familiares que eran policías.
“También me influyó mucho la educación de mis padres y de mi abuela, que vivía con nosotros. Mi familia era muy católica y a mis dos hermanos y a mí nos educaron a la vieja usanza, con valores morales muy estrictos y siempre con la idea de ayudar a los demás”, subraya.
Esos mismos valores los ha inculcado a sus hijas. “La mayor tiene 21 años y se acaba de graduar de enfermera y la menor quiere dedicarse al cine”, dice al tiempo que muestra orgulloso las fotos que tiene de ellas en su oficina.
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