Michele Martínez: homenaje a los inmigrantes y al español


El 29 de octubre de 2005 es inolvidable para Michele Martínez.

“Fue el día que se inauguró la Línea Naranja de autobuses de Metro en el Valle de San Fernando. Llegaron muchísimas personas, fue una auténtica fiesta y para mí resultó muy especial porque, como yo diseñé el arte de la estación Sepúlveda, ví directamente el impacto que tuvo en la gente, no sólo entre los adultos sino también entre los niños”, recuerda Michele.

La artista diseñó para esa estación un collage de tela reproducido como panel de acero que incluye un fragmento del poema del Premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda y, para la superficie de la plataforma, un jeroglífico precolombino, así como un colorido mapa que muestra la migración de las mariposas monarca desde Canadá hasta Michoacán, México, al que tituló: “Todos vuelven”.

“Me emocionó mucho ver cómo los niños se acercaban a las mariposas y decían que les gustaban y los adultos leían con atención el poema de Neruda “Si tú me olvidas”, que habla de la nostalgia que siente uno cuando deja su patria”, manifiesta la pintora.

Michele precisa que la inspiración de su obra fueron los inmigrantes que llegan a Estados Unidos y que, aunque pasen aquí muchos años, nunca olvidan su terruño. “Escogí el tema de las mariposas porque el hecho de que migren cada año a su lugar de origen nos muestra cómo todos finalmente soñamos con regresar a nuestras raíces. Y el poema de Neruda fue para mí una forma de rendir homenaje al idioma español que hablan tantos millones en Los Ángeles”, explica.

Para la artista, hablar de los inmigrantes y de la nostalgia por el país que dejaron atrás es algo natural. Michele nació en Estados Unidos y su madre es anglosajona, pero toda la familia de su padre, con la que mantiene una relación muy cercana, es de origen mexicano.

“Crecí en medio de dos mundos y de dos idiomas, pero siempre me sentí más influenciada por las costumbres de la familia de mi papá. Me atraía mucho el apego que ellos tenían hacia la vida del campo, el aprecio por la tierra, la naturaleza y los animales”, asegura.

Michele agrega que incluso llegó al mundo del arte por la influencia de dos de sus tíos paternos, Marciano y Richard Martínez. “Yo empecé a pintar desde los seis años porque ellos son pintores y me gustaba mucho lo que hacían”.

Cuando era adolescente viajó a México y su interés por el arte y la pintura del país vecino se acrecentó. Primero estudió en la Universidad de Santa Bárbara y después en la Universidad de California en Los Ángeles, donde obtuvo su maestría en Estudios Latinoamericanos y Humanidades. Posteriormente estudió Artes Plásticas en la Universidad Estatal de California en Northridge.

A raíz de la obra que hizo para la estación Sepúlveda, Michele dice que se le abrieron las puertas para hacer proyectos más grandes.

Actualmente trabaja en tres obras, una para la Universidad de Colorado, otra para un estudio privado en Los Ángeles y prepara también un proyecto para competir en un concurso organizado por el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles. (LAUSD).

Además de pintar, Michele da clases para niños en el Centro Tía Chucha, ubicado en Sylmar y fundado, entre otros, por el escritor chicano Luis Rodríguez.

A su juicio, lo más importante es transmitir a través de su obra el mensaje de que todos podemos alcanzar nuestros sueños si nos dedicamos y no perdemos la fe en nosotros mismos. “Y cuando alcanzamos el éxito podemos ayudar a otros a que también lo alcancen y de esta forma contribuir a que el mundo sea mejor”, asegura.