Aunque el aire que se respira en el subterráneo del Metro no es tan saludable como el del tren ligero – es mucho mejor que el aire contaminado de las autopistas
Los pasajeros de la Línea Roja (Metro Red Line) están expuestos a niveles más altos de partículas potencialmente peligrosos en el aire –en algunos casos, el doble del que respiran quienes viajan en el tren ligero de la Línea Dorada, según un nuevo estudio de la Universidad del Sur de California (USC).
Aún así, los niveles de contaminantes en el aire en el sistema de Metro, algunos de los cuales son carcinógenos conocidos, palidecen en comparación con los niveles de partículas que bombardean a los pasajeros atrapados en el tráfico de las autopistas.
Constantinos Sioutas, profesor de ingeniería civil y ambiental Fred Champion en la Facultad de Ingeniería Viterbi de USC, midió las concentraciones y la composición química de las partículas finas y gruesas en el aire, mientras viajaba en la Línea Roja y la Línea Dorada del Metro de Los Ángeles, usando máquinas portátiles para recoger muestras del aire.
El profesor también tomó muestras de la calidad del aire en USC como un sitio de control que representa los niveles típicos de la calidad del aire urbano en Los Ángeles.
La cantidad de partículas en el aire en la Línea Dorada fue similar a la del aire en el centro de USC, mientras que la cantidad medida en la Línea Roja fue significativamente mayor. Sioutas atribuye la partículas adicionales en gran parte al polvo producido por el frenado de los trenes, que llegan a las estaciones en el entorno cerrado del Metro subterráneo.
Sioutas, quien viaja en la Línea Dorada al trabajo en USC, dijo que incluso el aire de la Línea Roja es mucho más limpio al aire que respiran los conductores en las autopistas de la región.
“El aire en el sistema de tren ligero es bastante típico de lo que respiramos en la zona urbana de LA, si no es que más limpio. Sin embargo, varios estudios realizados por nuestro grupo y otros en la última década han demostrado que las concentraciones de partículas contaminantes nocivos del aire en las autopistas, a las que están expuestos millones de viajeros a diario en LA, son entre cinco y 10 veces mayores a un sitio urbano. Esto hace que los niveles a los que están expuestos en el tren ligero e incluso las líneas del metro, sean mucho más bajas que dentro de las autopistas y vías arteriales congestionadas,” dijo Sioutas.
Sus hallazgos fueron publicados por la publicación Ciencia y Tecnología Ambiental el 5 de julio.
La Asociación Americana del Pulmón compara los efectos dañinos de la contaminación por partículas nocivas a los del consumo de cigarrillos, vinculándolos con enfermedades respiratorias y cardiovasculares, entre otras cosas.
“[Tiene] realmente una gran variedad de efectos en la salud”, dijo Sioutas. Por esa razón, aunque Sioutas es partidario del transporte público en general, dijo creer que el futuro está en la expansión del sistema ferroviario del país.
“No hay otra manera. Los autobuses no son la respuesta, ya que contribuyen a la congestión del tráfico, así como a la contaminación del aire”, dijo.
La próxima investigación de Sioutas se centrará en proporcionar datos más precisos sobre qué tan saludables son las calles, equipando vehículos en movimiento con sensores de calidad del aire. Hasta ahora, la mayoría de las mediciones de la calidad del aire a nivel de la calle se han basado en sensores colocados al lado de las calles, que no reflejan la magnitud de la contaminación a la que están expuestos los conductores, dijo Sioutas.
Esta investigación fue financiada por el Centro de Transporte METRANS.
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