Fred Origel: en busca de los mejores contratistas para Metro

 

Fred Origel en la entrada de las oficinas de Metro en Union Staiton. (Foto Juan Ocampo/Metro)

Fred Origel en la entrada de las oficinas de Metro en Union Station. (Foto Juan Ocampo/Metro)

Fred Origel difícilmente tiene un momento para relajarse. Todo el día anda de un lado a otro para asegurarse de que se firmen los contratos que Metro necesita para poder funcionar, desde la compra de vagones y autobuses hasta la contratación de servicios de jardinería, energía, construcción, diseño, remoción de grafito, de basura, etc. etc.

Origel explica que como Metro no es solamente una agencia que maneja autobuses y trenes sino que es responsable de la construcción y mantenimiento de autopistas y de diferentes programas de transporte, entre ellos el la promoción del uso de bicicletas, trabaja con miles de contratistas.

Su misión consiste en asegurarse que los contratos cumplan con todos los requisitos establecidos por las leyes federales y estatales, que se dé oportunidad a todos aquellos interesados en hacer negocios con Metro y que se otorgue el contrato a quienes realmente presenten la mejor opción para la agencia. Para llevar a cabo esta tarea titánica supervisa a un equipo de 30 personas.

Fred Origel con n tren a escala de la marca Breda, utilizados en la Línea Dorada del Metro, en lobby de la entrada del edificio Gateway que alberga las oficinas generals de Metro. (Foto Juan Ocampo/Metro).

Fred Origel con un tren Breda, a escala, utilizado en la Línea Dorada del Metro. (Foto de Juan Ocampo/Metro).

Fred nació en Los Ángeles en el seno de una familia de origen mexicano integrada por cinco hijos.

Su papá, nacido en Estados Unidos, fue víctima en la década de 1930 de las deportaciones masivas que llevaron a cabo las autoridades de este país debido a los problemas económicos que surgieron por la Gran Depresión. Se estima que alrededor de dos millones de personas de origen mexicano, muchos de ellos nacidos aquí, fueron “repatriados” a México porque se consideraba que eran una pesada carga para el país.

Gracias a que su papá tenía sus documentos en regla pudo demostrar era ciudadano estadounidense y regresó a este país. Primero trabajó en limpieza en el Hotel Biltmore de Los Ángeles y después se enlistó en el Ejército para servir en la guerra de Corea. “Cuando estaba en Alemania, listo para ir al frente de batalla, el conflicto terminó”, cuenta Fred.

Una vez de regreso en Estados Unidos, el papá de Fred entró a trabajar a American Airlines como supervisor de los envíos de carga. Fred dice que él y sus hermanos acostumbraban ir con frecuencia al aeropuerto para ver los aviones. De esa experiencia nació su verdadera pasión: el ser piloto.

Con esa intención, Fred ingresó a la Fuerza Aérea y estudió Economía. Sin embargo, a los 21 años, su sueño de convertirse en piloto se desmoronó cuando le hicieron una prueba de la vista y no la pasó. “Fue una decepción muy grande para mí, pero me tuve que sobreponer y buscar darle sentido a mi vida”.

Fred tenía un contrato para permanecer cinco años en la Fuerza Aérea pero decidió quedarse cinco años más. Entre otras tareas, fue asignado a la División Espacial y participó, a mediados de los 80, en el controvertido programa conocido como la Guerra de las Galaxias.

Mientras estaba en Washington conoció a su esposa, Emma Nogales, quien trabaja también en Metro como analista de política y de programación. Una vez comprometidos, decidieron regresar a California.

La experiencia de Fred en el proceso de contratos le ayudó a conseguir un empleo en una importante firma de ingeniería. De aquí pasó a Metro, donde comenzó a trabajar en 2002, como asistente en el Departamento de Contratos.

Considera que ha tenido éxito en su carrera porque ha podido aprovechar al máximo los conocimientos que obtuvo en la Fuerza Aérea. “Aunque no pude hacer realidad mi sueño de ser piloto, me especialicé en el área de contratos, que es muy amplia e interesante y he podido tener un trabajo que me llena de satisfacción porque es importante para que la gente de Los Ángeles tenga un mejor servicio de transporte”, dice con orgullo.

Para Fred, quien es padre de tres hijas adolescentes, lo más importante es tener un balance en la vida. “Por supuesto, es muy importante hacer tu trabajo lo mejor posible, dar siempre tu máximo esfuerzo, pero también es muy importante cuidar de tu familia, pasar tiempo con ella y no descuidar los aspectos espirituales”, subraya.