Susana Barillas: secretaria y “psicóloga” de la División 3 de Metro

Su nombre completo es Sandra Susana Barillas, pero de entrada me pide por favor que no le diga Sandra. “Prefiero que todos me llamen Susana, es más bonito” dice, y acto seguido suelta una sonora carcajada.

Franca, sencilla y con una alegría que contagia hasta a los más pesimistas, Susana trabaja como secretaria de los conductores de autobuses en la División 3 de Metro, ubicada en Cypress Park, un empleo con el que dice estar “encantada”.

“Siempre me ha gustado el ambiente de oficina, las computadoras y los archiveros. Aquí estoy feliz porque me dedico a hacer todo el papeleo para los operadores y los managers, desde impuestos, préstamos, depósitos y solicitudes de trabajo hasta tomar notas para cuando tienen una audiencia por algún problema”, explica Susana, quien es originaria de Guatemala.

Además del papeleo, Susana dice que una de las cosas que más disfruta de su trabajo es la oportunidad de conocer y convivir con gente de muchas culturas y países del mundo.

“Aquí uno conoce uno personas de todos lados y es muy bonito porque aprende uno de ellos y a muchos los llega uno a apreciar porque se entera uno de su vida, de sus problemas. A veces no solamente la hago de secretaria sino hasta de psicóloga porque los oigo y les doy consejos”, asegura en tono de broma.

Susana entró a trabajar a Metro en noviembre de 2004 como secretaria “de relevo”, es decir, que no tenía un lugar fijo sino que sustituía a las personas que faltaban por alguna razón. “Estuve así por cuatro años y medio, conocí prácticamente todas las divisiones de transporte de Metro, solamente me faltó la 11. Finalmente, en 2009 me dieron una posición permanente en la 3 y desde entonces estoy aquí”, precisa.

Susana, quien es hija única, llegó de Guatemala muy jovencita para reunirse con sus padres, que emigraron a Estados Unidos para tener una vida más tranquila y próspera a principios de la década de 1990.

“Yo no quise dejar mi país hasta terminar la terminar la carrera de secretaria bilingüe, pero soñaba con venir aquí y vivir con mis papás. Cuando llegué a Estados Unidos, en 1995, me metí a estudiar la high school y luego tomé varios cursos de computación y finalmente estudié Negocios en Los Angeles City Community College”.

Susana cree en el destino. “Siempre quise vivir en Estados Unidos y trabajar en un edificio del centro de L.A. para una oficina de gobierno y así fue, creo que las cosas de alguna manera ya están destinadas”. Y agrega que incluso en el amor todo estaba predestinado para ella.

“De jovencita tenía un novio en Guatemala, pero lo dejé el día que salí de mi país, que justamente era la fecha de su cumpleaños. Quién me iba a decir que con el tiempo me iba a reencontrar con él y que hasta nos íbamos a casar ”, manifiesta con una amplia sonrisa.

En su tiempo libre, Susana y su esposo, quien trabaja como gerente para una compañía que vende vidrios para autos, disfrutan mucho de salir al cine, pero, sobre todo, de convivir con sus familias.

“Nosotros no somos mucho de vida nocturna ni de parranda. Mi esposo juega futbol y nos gusta mucho convivir con nuestros padres y con los hermanos de mi esposo, pensamos que la familia es lo más importante”, subraya.

Sobre sus metas profesionales, dice que le gustaría terminar su maestría en Negocios. Aunque su jefe le ha preguntado si le gustaría que la promovieran, Susana dice que, al menos por ahora, no quiere cambios. “Estoy muy bien así, disfruto mucho de lo que hago. Sé que si me promueven, podría ganar más, pero no todo en la vida es dinero…aunque tal vez más adelante cambie de opinión”, aclara.