Los retos que enfrenta el proyecto del tren bala en California se han complicado con el anuncio de la renuncia de Roelof van Ark, director general ejecutivo de California High Speed Rail Authority.

Van Ark, un ingeniero de 60 años con amplia experiencia internacional, fue contratado en junio de 2010 y dijo que dejará su cargo en dos meses con el fin de dedicarle más tiempo a su familia y a otros proyectos. Su partida despierta más interrogantes acerca de la viabilidad del tren bala, que ha sido duramente criticado por los altos costos que tendría su construcción.

Además, se anunció que otros dos altos funcionarios de la agencia dejarán sus cargos: la vocera Rachel Wall y el subdirector Dan Leavitt.

El presidente de la Junta Directiva, Thomas J. Umberg, dijo también que piensa renunciar a su puesto actual, pero continuará como miembro de ese organismo.

Durante la reunión, la Junta Directiva votó por no continuar con el estudio de una ruta a lo largo de la zona de Grapevine para el tren bala. En lugar de ello, se buscará la ruta que va del norte de Bakersfield y pasa a través del Valle del Antílope, donde están las ciudades de Palmdale y Lancaster.

Esta decisión unánime por parte de los ocho miembros de la junta representa una gran victoria para las ciudades del Valle del Antílope, cuyos líderes habían argumentado que una ruta a lo largo de la autopista 5 devastaría la economía y los negocios de esa zona.