Elizabeth Carter: la “aventura” de trabajar en Metro

A Elizabeth Carter le gustan los retos. Por eso cuando le ofrecieron un trabajo en Metro que le daba la oportunidad de avanzar en su carrera, no dudó en hacer maletas y dejar la apacible ciudad de Santa Fe, en Nuevo México, por el dinamismo de Los Ángeles.

Han pasado ya casi seis años de que Liz, como le llaman sus colegas y amistades, tomó esa decisión y no se arrepiente. “Me siento muy contenta en Metro porque es una de las principales agencias de transporte del país, un lugar donde cada día hay algo nuevo y, más que un empleo, veo como una aventura el trabajar aquí”, dice al tiempo que suelta una carcajada.

Desde 2010, Liz ocupa el cargo de gerente de Servicios para Contratos de Transporte. Como parte de sus tareas tiene que vigilar a los tres contratistas que ofrecen 18 rutas fijas a nombre de Metro con 160 autobuses. Estas compañías son MV Transportation, Southland Transit y Veolia Transportation.

Además de este cargo, Liz está a cargo de supervisar el programa Access Services que ofrece servicios de cortesía para las personas con discapacidades a nombre de Metro y de otros 44 proveedores de rutas fijas dentro del condado de Los Ángeles.

Aunque ambas tareas demandan una gran responsabilidad y largas horas de trabajo, Liz asegura que se siente ampliamente compensada porque sabe que su esfuerzo contribuye a mejorar la calidad de vida de la gente en L.A. “Me da mucha satisfacción que pongo mi granito de arena para que las personas, sobre todo las discapacitadas puedan ir a sus citas al médico, a hacer sus compras, ir a su trabajo o visitar a su familia”, subraya.

Elizabeth tiene ya una larga trayectoria en el área de transporte y administración pública. Antes de entrar a Metro trabajó en la ciudad de Santa Fé como administradora de contratos. También laboró para el estado de Nuevo México como planificadora urbana en el Departamento de Transporte y para el Departamento del Sheriff en el condado de Santa Fe.

Liz estudió Administración de Empresas en la National American University de Nuevo Mexico y después una maestría en Administración Pública en Cal State Long Beach.

Nació en el seno de una familia bilingüe y bilcultural en Santa Fe. “Mi papá, que ya murió, era anglo y solamente hablaba inglés. Los padres de mi mamá eran latinos y cuando éramos niñas, mi hermana y yo hablábamos español con mi abuelita. Pero cuando ella falleció empezamos a perder ese idioma”, recuerda.

Si bien sus padres venían de diferentes culturas, Liz dice que compartían muchos valores. “Los dos tenían familias muy grandes. En la casa de mi papá fueron 11 hijos y en la de mi mamá diez. Los dos estaban acostumbrados a compartir con su familia y a ayudar mucho a sus hermanos. Mi mamá, por ejemplo, como era la mayor, desde muy jovencita era la que cocinaba para todos y los cuidaba. De ellos aprendí el valor tanto del trabajo duro como de la educación”.

Para Liz, lo más importante es su trabajo y su familia. “Soy madre soltera, tengo una hija de 23 años que es asistente de médico y un hijo de 19 que estudia masajes terapéuticos. Tengo también una relación muy buena con mi hemana, que trabaja en el Laboratorio de Los Alamitos y con mi mamá, que vive en Nuevo México, pero hablo con ella todos los días”.

En sus ratos libres, Liz –una mujer que irradia optimismo y sencillez- dice que le encanta dedicarse a la cerámica y a la cocina. “Disfruto mucho haciendo dulces y pasteles”.

Si bien dice que le gusta mucho su trabajo actual, acepta que está dispuesta avanzar más en su carrera. “Ahora estoy en una posición media de gerente y quisiera llegar a tener un puesto más alto y enfrentar nuevos retos”.