Daniel González, cuya obra adornará la estación La Ciénega/Jefferson de la Línea Expo, empezó a utilizar la técnica de grabado en linóleo más por necesidad que por gusto.
“Cuando tenía 12 años gané una beca para estudiar arte con George Yepes y, como en mi casa no había dinero para comprar pinturas, comencé a practicar el grabado porque sólo necesitaba de un pedazo de linóleo, del que se usa para el piso, y una navaja”, recuerda González.
La decisión no pudo ser más acertada. González, nacido hace 32 años en Boyle Heights, es hoy un consumado artista experto en grabado en linóleo que ha ganado varios concursos, entre ellos uno que él considera especial: el de haber sido comisionado para diseñar la obra artística que engalanará la estación La Ciénega/Jefferson.
Para diseñar su trabajo, que consiste en ocho grabados que cuentan diversos episodios de la historia donde se encuentra la estación, González dice que llevó a cabo una minuciosa investigación.
“Todo mi trabajo está basado en aspectos históricos. Lo primero que descubrí fue que el nombre de La Ciénega proviene de la época de 1800-1860, cuando en esa zona había un rancho enorme dedicado a la cría de ganado que se llamaba justamente Las Ciénegas. Los pobladores organizaban rodeos y era un sitio de reunión y cultural muy importante para los californios. Anteriormente el área estuvo habitada por los tongvas, una población indígena que se estableció ahí debido a la cercanía de un arroyo que se llamaba Ballona Creek. Cuando los españoles llegaron, la primera expedición que pasó por ahí fue la de Gaspar de Portola”, cuenta González, quien presenta de manera detallada todos estos aspectos en uno de sus grabados, que sin duda tiene una gran influencia del muralismo mexicano, así como del Taller de Gráfica Popular.

Aspecto general del trabajo que se lleva a cabo en Mosaika Art & Design para trasladar a paneles de cerámica la obra de González.
Las Olimpiadas que se llevaron a cabo en Los Ángeles en 1932 también le sirvieron de inspiración. “Descubrí que en el área del parque Kenneth Hahn, se construyó una villa olímpica para los atletas. Actualmente sólo queda en pie una de las cabañas que se hicieron y es un puesto que está en el Mercado de la Plaza Olvera”, afirma. González hizo un grabado de dos de los atletas mexicanos que vinieron a competir en ese entonces: Gustavo Huet Bobadilla y Francisco Cabañas. Ambos ganaron medallas de plata, el primero en tiro y el segundo en box. El grabado los muestra abrazados frente a la villa olímpica y tomándose una foto.
Otro grabado describe con gran fuerza y realismo una tragedia ocurrida en la década de 1960, cuando una presa se rompió y destruyó el vecindario de Baldwin Hills. La obra muestra a una pareja que camina desolada en medio de la devastación. El artista también tomó como motivo de inspiración Village Green, un experimento que pretendía ser un oasis urbano y la ciudad de Culver City, que a principios del siglo pasado era un importante centro de producción cinematográfica.
González comenzó a pintar desde muy pequeño. “Me dí cuenta que tenía facilidad para el arte porque en la escuela siempre me celebraban lo bien que dibujaba. Gracias a eso tuve la oportunidad de estudiar con George Yepes. Trabajé con él de 1992 a 1996 e hice unos 35 proyectos de mural. Esa época me marcó porque me dí cuenta del gran impacto social que tiene el arte. Para mí antes era simplemente un pasatiempo, pero al trabajar con Yepes y ver que la gente se acercaba y se interesaba por nuestra obra me dí cuenta que tenía gran importancia”, recuerda el artista.
Agrega que empezó a tomar su carrera artística aún más en serio cuando ganó un concurso organizado por el distrito de Lucille Roybal-Allard para ir a Washington con todo pagado. “Llevé a mi mamá y estaba feliz”, dice. Ese premio le sirvió para ganarse el apoyo de sus padres para seguir la carrera artística.
“En un principio mis papás, que son de Zacatecas, no querían que siguiera esta carrera porque pensaban que no tenía futuro, pero cuando fui a Washington vieron que sí valía la pena. Después, no sólo me apoyaron a mi sino también a dos de mis hermanos que se dedican a esto”, asegura el artista, quien posteriormente estudió en la Escuela de Arte de California en Oakland.
González, quien trabaja medio tiempo como guía de turista de la ciudad de Los Ángeles, precisa que su meta como artista es hablar de sus propias experiencias y compararlas con las de quienes viven a su alrededor. “Me gustaría contar la forma como vivimos todos los que habitamos en América, que es muy diferente de lo que se vive en Europa o Asia y dejar un testimonio sobre eso”.
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