
El equipo de Servicios a la Flota de Trenes que supervisa el programa de reparaciones de los vagones en las instalaciones de la Línea Azul. De izquierda a derecha; Bryan Rydell, Nick Madanat y Russell Homan. (Fotos Gary Leonard)
Los pesados vagones del tren de la Línea Azul del Metro hacen su recorrido diario entre Long Beach y el centro de Los Ángeles, parando y arrancando las 22 millas de la ruta con un total de 87 mil viajes al año, 1.7 millones de millas de servicio y 26 millones de abordajes.
A pesar de que los trenes de la flota original de la Línea Azul no han descansado –algunos han estado en servicio por dos décadas hasta hoy-, los vagones están en medio de una revisión completa de sus componentes y sistemas que ha afectado la seguridad y la confiabilidad y su presentación.
En marcha desde hace más de un año, el programa de reparaciones por 30 millones de dólares de los vagones, logrará aumentar y extender el servicio de vida mas allá de los 30 años de servicio que fueron proyectados para estos vagones.
El trabajo se lleva a cabo en los gigantescos edificios de mantenimiento de vehículos del patio de trenes de la Línea Azul en Long Beach. Montones de especialistas de mantenimiento entran y salen de los vagones que van y viene en el patio de mantenimiento. Con solo seis años para completar esta revisión, la tarea es manejar un par de componentes a la vez –de manera que mantenga el proceso de revisión moviéndose mientras los vagones prestan el servicio diario al público.
Las actividades para el año 2012 incluyen revisión de los motores, llantas, articulación, la transmisión, los cables aéreos y el sistema del aire acondicionado, junto con una restauración completa del interior y exterior de cada vagón, el cual incluye nueva pintura, ventanas, y las nuevas cubiertas para los asientos de pasajeros.

El especialista en mantenimiento Steve Parker modifica un circuito de un panel. Parker y su compañero de trabajo Gordon Lancaster mantiene el taller con partes difíciles de encontrar para poder reemplazar partes que se necesitan cambiar.
En el taller de electrónica, donde los expertos modifican circuitos de los paneles que convierten la energía del cableado aéreo, los cajones de partes de reemplazo son regularmente escarbados para sacar partes que serán utilizadas para tareas tales como convertir un transmisor mecánico a un circuito de estado sólido. El taller de electrónica de la división, una función vital de los patios de mantenimiento por los últimos 15 años, elimina la demora de las reparaciones como la espera por partes de los agentes de venta externos y reduce enormemente los costos.
A pesar de que la orden de compra de nuevos vagones del tren ligero está en proceso –incluyendo opciones para comprar algunos que podrían reemplazar la flota original de la Línea Azul, el programa de mantenimiento hará que continúe funcionando la Línea Azul en buenas condiciones hasta que los nuevos vagones lleguen.
Las fotos muestran varios componentes en el proceso de reparación, restauración y reemplazo.

Los trabajadores del taller de pintura: en la parte de atrás; Jim Reyes, izquierda, Alan Cota, derecha, en medio Lee Hetherington. Al frente Iván Rodríguez, izquierda y Guillermo Hernández, derecha.

Fuyuong Chung, a la derecha, y Josue Moir se preparan para levantar el carro que sostiene las llantas de los trenes para ser instaladas en un vagón del tren ligero.
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