Los votantes de Atlanta rechazaron un plan de transporte de 7,200 millones de dólares que los líderes de negocios habían considerado un baluarte contra el declive de la región debido a la desconfianza en el gobierno y a diferencias irreconciliables.
El rechazo de un impuesto a las ventas de 1% por un lapso de diez años deja sin resolver por ahora el serio problema de congestión de Atlanta, según la publicación The Atlanta Journal Constitution.
Representa el fracaso no sólo del impuesto sino del primer intento por unificar a los votantes de los diez condados de la región para que apoyaran un plan de acción.
“Dejemos que esto envíe un mensaje”, dijo Debbie Dooley, una lideresa del Tea Party, quien organizó el movimiento en contra del impuesto al transporte llamado T-SPLOST. “Ustedes tienen que ganarse nuestra confianza antes de pedir dinero”.
Kasim Reed, quien luchó por años para que se hiciera el referéndum como legislador y alcalde de Atlanta, dijo a los votantes reunidos en un hotel en el centro de Atlanta: “Los votantes han decidido. Pero mañana me voy a levantar y a trabajar duro para hacer que cambien su opinión” .
La oficina del gobernardor Nathan Deal dijo a The Atlanta Journal-Constitution que él tomaría un papel central en la planificación del transporte estatal en las áreas urbanas y que no apoyaría una secuela del referéndum del martes.
“Es muy triste,” dijo Ashley Robbins, presidenta de Citizens for Progressive Transit, una de las organizaciones que trabajó para el referéndum. Predijo que habrá una pérdida de valiosos trabajadores jóvenes para la economía regional. “Si Atlanta no es la región que queremos, la gente joven y entusiasta que manejó estas campañas se va a ir”.
Los líderes de la organización Metro Atlanta Chamber, que impulsaron la creación del referéndum en la Legislatura e inyectaron millones de dólares en la campaña para que se aprobara el impuesto, no han hecho comentarios hasta ahora.
Los resultados de la votación no sorprendieron a encuestadores independientes que había pronosticado la derrota recientemente debido a la desconfianza de los ciudadanos en el gobierno y a la honda división de los deseos de los ciudadanos sobre el transporte público.
Shirley Tondee, quien es republicana, piensa que la región debe hacer algo para resolver los problemas de transporte. Pero votó encontra del impuesto. “No confío en que el gobierno vaya a tomar el dinero para hacer lo que dicen”.
Robert Williams, un electricista de 59 años quien es demócrata, también está escéptico. Pero al final votó a favor.
“Fue una lucha”, dijo. “Sin embargo, necesitamos crecer. El tráfico es una de las cosas que los empleadores toman en consideración cuando piensan dónde abrir fuentes de trabajo”.
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