¿Cómo determinan los transpondedores quiénes viajan en los ExpressLanes?


Por Kim Upton
La mayoría de nosotros sabe que este 10 de noviembre los carriles de viajes compartidos (HOV) se convertirán en carriles de cuota (HOT) en la autopista 110. Esto es parte de un proyecto piloto conocido en Metro como ExpressLanes para ayudar a mejorar la movilidad en esa autopista. A principios del próximo año ocurrirá lo mismo en la autopista 10. Estos cambios permitirán a quienes manejan solos usar los carriles HOT mediante el pago de una tarifa.

Quienes usen los ExpressLanes deben tener en su vehículo un transpondedor que les ayudará a determinar:

– cuánto debe pagar cada vehículo porque la tarifa depende del tráfico.

– ¿cuál es la velocidad real del tráfico en los ExpressLanes?

– ¿a quién le deben enviar la factura por usar los ExpressLanes?

– ¿cómo ayudar a la Patrulla de Caminos de California a hacer cumplir la ley en los ExpressLanes?

¿Cómo puede una pequeña pieza hacer tanto? En parte la respuesta es que los transpondedores no hacen todo esto, pero son el primer paso para lograr que funcione el proceso. Antes de 1990 (y aún ahora en autopistas antiguas), los conductores pagaban las cuotas a empleados o a casetas electrónicas instaladas en el camino. Este sistema requería que los automovilistas se detuvieran. Con los modernos ExpressLanes, esto no será necesario.

Cada ciudad tiene su propio sistema. En Los Ángeles se usará el llamado, FasTrak®, que incluye un transpondedor que está montado dentro del parabrisas del vehículo. El transpondedor es una pequeña unidad que transmite señales de radio y funciona con baterías de frecuencia radiales. En ellos se encuentra almacenada información básica, incluyendo un número de identificación.

Cuando el transpondedor pasa bajo las antenas en forma de L que están a lo largo de los ExpressLanes, le transmite la información de identificación a las antenas. Éstas envían la información a una computadora que calcula la tarifa para cada conductor.

Las antenas rastrean el vehículo y transmiten la información a una computadora que contiene cuentas individuales. Después de que un vehículo sale de los ExpressLanes, las antenas le avisan a la computadora y se hace el cargo a la cuenta.

Los sensores miden la congestión y transmiten la velocidad del tráfico en los ExpressLanes a una red de computadoras. Ésta maneja la capacidad en los carriles mediante el uso de algoritmos para ajustar la tarifa, basada en las condiciones de tráfico. Las tarifas van de 25 centavos por milla a un máximo de $1.40 por milla. Entre más tráfico haya, más alta será la cuota.

Si la velocidad es menor de 45 millas por hora por más de 10 minutos, una señal de alerta en los ExpressLanes le advertirá a los conductores que no entren hasta que la velocidad aumenta a más de 45 millas por hora. Quienes ya hayan hecho la maniobra para entrar podrán completar su viaje para asegurar el flujo del tráfico. En este caso, se les dará crédito a los conductores para el siguiente día laboral. Las ganancias serán reinvertidas para mejorar otros proyectos de transporte en la zona donde se generaron.

Si ya tienen un FasTrak, funcionará en las autopistas 110 y 10 para que paguen su cuota. Pero si quieren viajar gratis en estas autopistas necesitarán un nuevo FasTrak. No necesitan mantener más de una cuenta.

Aquí hay más información sobre cómo registrarse para un nuevo FasTrak, así como hacer un cambio y obtener un transpondedor.