Por Kim Upton
Se han preguntado alguna vez cómo y por qué cambiar las ruedas de acero de los trenes? ¿No es como cambiar la llanta de un auto, o sí?
Hay 2,884 ruedas de acero en la flota de de Metro, 2,052 en los trenes ligeros y 832 en los subterráneos. En algún punto del camino, muchas de estas ruedas necesitan ser reemplazadas o “reperfiladas”.
¿Qué es lo que causa el desgaste de una rueda de acero? La respuesta es simple: muchas de las cosas que dañan las llantas de los autos, como las paradas continuas, las curvas pronunciadas y recorrer muchas millas. La diferencia es que mientras la mayoría de nosotros cambiamos las llantas de nuestros vehículos aproximadamente cada 50,000 millas, las de los trenes de Metro se reemplazan cada 700,000 millas. Es algo bueno porque el cambio puede tomar más de una semana.
El “reperfilamiento” de una rueda de acero es el proceso de remover una delgada capa de acero con una máquina especial de rectificado. (ver la foto). Esta máquina restaura la redondez de la rueda, el dibujo y el espesor para que se pueda maniobrar con facilidad.
Y, sí, las ruedas de los trenes se pueden ponchar, pero no como ustedes piensan. Este problema ocurre cuando un tren hace una parada de emergencia y la rueda queda atorada, generalmente porque entró en contacto con el aceite que dejan los automóviles en las vías. Cuando esto ocurre, se tiene que quitar una capa de acero de la rueda con una máquina de rectificado.
Para cambiar las ruedas de los trenes, se levanta el vagón con una grúa capaz de soportar el peso de 98,000 libras que pesa cada uno de ellos. Una vez que se hace esta tarea, un equipo tiene que desmontar la parte que contiene las ruedas al punto que sólo quedan éstas y el eje. Las viejas ruedas de acero se cortan con una sierra y las nuevas se instalan.
Los nuevos trenes ligeros, como el AnsaldoBreda P2550 que corre en la Línea Dorada, tienen ruedas que se pueden remover sin necesidad de levantar el vagón, lo que toma solamente un día. Los nuevos trenes Kinkisharyo , que se entregarán a Metro en dos años, tienen la misma cualidad.
Las ruedas de los trenes subterráneos son diferentes de las de los trenes ligeros. No tienen llantas, son más grandes y se tiene que remover más metal cuando se “reperfilan”.
Después de repararse o reemplazarse, las ruedas se vuelven a colocar con una presa gigante que aplica miles de libras de presión para que entre la rueda dentro del espacio que tiene para ello, que es más pequeño que el diámetro del eje. Este proceso puede tomar tres días.
Un equipo altamente entrenado vigila e inspecciona las ruedas de Metro. Cuando es necesario, éstas son reparadas o reemplazadas por empleados de Metro entrenados para ello. Al igual que las llantas de un auto, las ruedas de un tren necesitan estar en óptima condición para asegurar un viaje cómodo y seguro.
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