Un dirigible de transporte militar que ahorra grandes cantidades de energía y no necesita pistas para despegar o aterrizar podría estar pronto en funciones.

La compañía estadounidense Aeros, que es la que lo fabricó, anunció hace unos días que había finalizado con éxito el primer vuelo de prueba del dirigible en la ciudad de Tustin, en California.

Se espera que el aparato, de 66 toneladas de peso y 137 metros de largo, revolucione el transporte aéreo puesto que necesita tres veces menos  combustible que los aviones convencionales y cuenta con un sistema de despegue y aterrizaje vertical, por lo que no requiere de pistas. El Pentágono y la NASA han invertido en el proyecto 35 millones de dólares.