
La Línea 12 del Metro conecta el este y oeste de la Ciudad de México a través de 20 estaciones y se inauguró cuando faltaban dos días para que concluyera el gobierno de Ebrard. Foto: SDP.
Hace menos de cinco meses, el 30 de octubre de 2012 para ser exactos, se inauguró con gran pompa la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México. Ese día, Marcelo Ebrard, entonces jefe del gobierno del D.F. y el ex presidente Felipe Calderón celebraron la cooperación entre los distintos partidos políticos y niveles de gobierno para hacer realidad esa obra de ingeniería, calificada como ejemplo de modernidad y eficacia.
Hoy, el panorama es otro. La recién inaugurada Línea, que conecta a través de 20 estaciones el este y oeste de la ciudad de México, desde Mixcoac hasta Tláhuac, está en boca de todos por supuestas irregularidades en el presupuesto que se otorgó para su construcción, lo que podría derivar en acciones penales y administrativas en contra de la administración de Ebrard.
Diversas auditorías realizadas a exigencia de diputados del PAN y del PRI indican que el gobierno del perredista Marcelo Ebrard ordenó la expropiación de algunos terrenos y viviendas que no se ocuparon para la construcción de la línea y que después se revendieron a particulares.
También señalan que, debido a modificaciones a proyecto original y a cambios en el trazo de la obra, se originó un costo extra de unos 100 millones de dólares. Las auditorías descubrieron, además, que la obra no se finalizó tal como se había planificado pues faltaron rampas, barandales, escaleras metálicas, equipos y elevadores para personas discapacitadas.
Adicionalmente, las empresas que construyeron la línea han entablado una demanda civivl contra el gobierno capitalino porque exigen el pago de alrededor de 80 millones de dólares, más intereses moratorios.
Laura Ballesteros, vicecoordinadora del PAN en la Asamblea Legislativa del D.F. (ALDF), dijo que aunque la falta de observacia en la aplicación del proyecto recae en todas las autoridades que estuvieron involucradas, sin duda “el primero que marca la pauta en la política del transporte de la ciudad es el jefe de gobierno”.
A su vez, Héctor Saúl Reyes, presidente de la Comisión de Hacienda de la ALDF, dijo que debido a que la obra se entregó sin terminar, Ebrard puede ser acusado penalmente por delitos relacionados con la ley federal de responsabilidades de servidores públicos, debido a que parte de los recursos invertidos fueron federales.
Ebrard ha desestimado todas estas acusaciones. En una entrevista concedida a Notimex, dijo que se trata de una campaña de calumnias en su contra y de “cifras fantasiosas”. Argumentó que el sobreprecio se debió a un cambio de trazo en la línea y a las modificaciones en los procesos de construcción.
Por su parte, el actual jefe de gobierno del D.F., Miguel Ángel Mancera, se limitó a señalar que si algo se debe se tendrá que cubrir.
Para muchos de los usuarios se trata solamente de cuestiones políticas. “Todos sabemos que en las obras que hacen los gobiernos siempre hay desfalcos y robos y que nunca entregan todo como debería de ser. Creo que lo que está pasando con la línea 12 es una campaña para desacreditar a Ebrard y a los perredistas”, dijo convencido Raúl Mena, empleado de una tienda del centro histórico de la ciudad y un pasajero asiduo del Metro.
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