Voces de pasajeros ¿Te ha ocurrido algo “chistoso” en Metro?

Además de los desamparados que toman el transporte público para pasar el tiempo, un viaje en tren o autobús puede resultar divertido y otras veces inolvidable. Algunos pasajeros nos contaron algunas anécdotas que han vivido arriba de un vehículo de Metro.

Fotos: Marilú Meza

Laura Yepez (Un Pato)

“He visto perros y gatos viajar con sus amos en el tren. Algunos pequeños y otros grandes, pero nunca me imaginé ver un pato. El otro día una muchacha se subió al tren en la estación Pershing Square con un pato. Lo traía en una carriola y le decía “baby” baby”. El pato solamente la veía con unos ojotes. Mucha gente se acercó para ver el pato y ella amablemente les contestaba y se los mostraba. El pato se portó bien en todo el trayecto. Se me hizo muy chistosa la escena”.

Antonia Albarrán (Infracción)

“En una ocasión me dieron un ticket porque no llevaba el pase del autobús. Aprendí la lección y ahora siempre cargo mi tarjeta. Ese día se me hizo fácil subirme y agarrar el tren sin pase. Dije: ‘se me olvidó, pero ahorita me meto rápido y no se van a dar cuenta’. Pero de pronto se subió seguridad y me multó. El chistecito me salió a $75 dólares y claro que me dolió pagarlos”.

Amalia Avalos (Taxi)

“Utilizo el tren, pero tengo que tomar el autobús diario para llegar a Union Station. Trabajo hasta el aeropuerto y regreso ya muy tarde en la noche. Tengo que salir un poco temprano para alcanzar el último tren a las 12:00 de la noche. Lo bueno que ahora lo cambiaron a las 12:30. Bueno te cuento que el otro día el Fly Away llegó tarde a Union Station y el tren me dejó y tuve agarrar un taxi. Me gustaría que extendieran el servicio hasta la una de la mañana por lo menos”.

Rosa Martínez (Siesta)

“Todos los días uso el tren para el trabajo. Un día venía súper cansada y me quedé dormida, bueno generalmente me tomo una siesta mientras llegó a la casa. Me ha pasado que a veces me duermo muy cómodamente y se me pasan las paradas. Ja jaja … ¿Cómo ves? Salgo a las 5 de la tarde y a veces ando tan cansada que en cuanto me subo cierro los ojos. Me he pasado dos estaciones o más. Se me hace bien chistoso porque de nuevo ahí vengo de regreso en el tren que viene en sentido contrario”.