
Fotos: cortesía María Leticia Casas
A pesar de que María Leticia Casas ha tenido una vida muy dura es toda una guerrera. A los 15 años se refugió en Los Ángeles de la violencia contra las mujeres que impera en Ciudad Juárez y logró adaptarse y hasta obtener un título de secretaria. Se casó con el amor de su vida, pero lo perdió tras una lucha contra un cáncer. En ese entonces trabajaba en la oficina de una lavandería, no tenía beneficios médicos y su sueldo solo era para ‘irla pasando’, pero entonces apareció Metro y su vida dio un giro de 180 grados.
“Donde trabajaba lavábamos los uniformes de los empleados de Metro. Cuando venían platicaba con ellos y fueron ellos quienes me aconsejaron buscar trabajo aquí”, platica Casas.
Y así lo hizo. Sin embargo, no fue el trabajo de secretaria que tanto anhelaba sino de empleada de limpieza ya que ese tipo de vacantes solo está disponible para empleados de la agencia.
“Comencé como ‘custodian’. Limpiaba las estaciones del tren durante la noche”, recuerda. Esa labor la realizó durante dos años, los cuales continuaba buscando oportunidades laborales dentro de la organización hasta que apareció una vacante de secretaria en la División 18.
“Yo creo que este trabajo ya era para mí porque se abrió la vacante y era solamente para personas que pertenecían a cierto sindicato y yo era miembro de esa ‘union’ … solicité el trabajo y me quedé”, recuerda.
Lety, como todos la llaman, lleva 4 años en la nómina de Metro. Su título es secretaria de transportación. Sus labores consisten en asistir a los supervisores del transporte. Una de sus responsabilidades es cotejar los videos de los accidentes e incidentes que ocurren en los autobuses durante la jornada laboral. Revisa los videos y describe lo ocurrido.
“Yo los veo y apunto la hora, las cámaras donde pasó el accidente y la descripción. Hago el reporte y se lo paso a los supervisores para que lo revisen”, explica Lety.
Relata que todos los días ocurren ‘cosas’ en los autobuses, ya sea que se caiga una persona o un carro que chocó por atrás a un autobús.
Esta labor le gusta mucho, pero la que más le agrada es recibir las notas de agradecimiento de los clientes a los choferes que tuvieron un gesto amable con ellos.
“La gente llama para quejarse, pero también para agradecer a los operadores por sus atenciones”, dice Lety.
Y esa es otra de sus responsabilidades. Lety recibe las llamadas y correos electrónicos de los usuarios, escribe los certificados de agradecimiento y los pasa a la directora de la división para que los firme y se los entregue personalmente a los empleados honrados.
Este trabajo ha llenado a Lety de satisfacciones. El ser bilingüe le ha ayudado mucho debido a que la mayoría de los usuarios que la llaman, ya sea para agradecer alguna atención o porque fueron testigos de un accidente, hablan español, idioma que aprendió de su madre.
Platica que su progenitora nació en Aguascalientes y su papá en El Paso, Texas. Ella es de Cd. Juárez, pero vivió en El Paso hasta los 15 años cuando su madre quedó viuda y tuvieron que regresar a suelo mexicano por cuestiones económicas.
“Tenía 15 años y como no podía trabajar en El Paso por ser menor de edad, me metí a trabajar en una maquila”, comenta.
Fue ahí donde una compañera le dijo que ese trabajo era muy peligroso para ella debido a que en la ciudad estaban desapareciendo y matando mujeres jóvenes y una gran mayoría trabajaba en las maquiladoras.
Por miedo a ser asesinada abandonó su empleo en la maquila y se aventuró a Los Ángeles, donde un sacerdote la acomodó cuidando niños. Poco después se unió a Job Corps. Ahí la prepararon en un trabajo de oficinista y gracias a ese entrenamiento hoy puede trabajar en Metro.
Lety no lamenta su vida, sino que le da inspiración a seguir adelante. Se considera una persona feliz y lo refleja diariamente en sus labores. También le gusta el reto. En su tiempo libre hace viajes largos en carretera por el desierto y aunque no sabe nadar, disfruta el deporte extremo de navegar por los ríos rápidos. Ha viajado a Sacramento persiguiendo la adrenalina que le da esa aventura. También le gusta leer y asistir a los partidos de los Dodger’s de Los Ángeles.
En Metro está contenta con el puesto que tiene y busca superarse si surge la oportunidad hasta que sea tiempo de retirarse.
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