Entendemos totalmente  las frustraciones de las personas con nuestro sistema de autopistas, tanto las pasadas como las actuales. Y entendemos también las preocupaciones reales sobre los posibles impactos en la salud de las personas que viven cerca de las autopistas, como se indica en un reciente artículo publicado en LA Curbed.

Pero  tenemos que reconocer que, para bien o para mal, las autopistas también ayudan a mantener nuestra economía local y hacen posible que personas de todas las tendencias económicas trabajen. Por esa razón,  el cierre de las autopistas -sin un aumento exponencial en el transporte público- probablemente solo contribuiría a empeorar el tráfico y la contaminación hacia otras carreteras y zonas residenciales más lentas.

En cuanto a esta declaración del artículo:

¿Otra idea? Desmantelar por completo las autopistas más densamente pobladas de LA, como muchas ciudades lo han hecho con mucho éxito (y sin ningún impacto en el tráfico).

Respetuosamente estamos en desacuerdo. La mayoría de los tramos de autopistas que se han demolido han sido cortos, no redes enteras, y algunos han sido reubicados o eran parte de caminos que nunca se terminaron, en primer lugar.

Aquí, el enlace a la nota completa: