
Foto: Marilú Meza
No cabe duda que Erik D-Díaz es el operador de Metro Red Line más divertido. Si te lo encuentras en la plataforma del tren en Union Station de seguro te va a hacer sonreír con sus bromas y cuentos.
Pero en cuanto se sube a la cabina del tren su actitud cambia a una más seria y de igual manera cuando entrena una vez al mes en el Army Reserve.
“Soy un payaso. Mis compañeros me conocen como el payaso de los operadores. Me gusta motivar y bromear con ellos. Hablo mucho”, platica.
En 1991 Erik comenzó su carrera en la agencia de transporte conduciendo autobuses de tiempo completo. Cuatro años más tarde ya estaba conduciendo el tren: uno de los medios de transporte que más le apasiona desde que era pequeño.
“Mi madre coleccionaba cupones del supermercado y con eso me compró mi primer tren. Yo tendría como 7 u 8 años”, cuenta.
Su responsabilidad principal es transportar pasajeros de punto “A” a un punto “B” de una manera confiable y segura de la segunda línea de trenes de Metro más ocupada del condado de Los Ángeles, la primera es Metro Blue Line. La ruta corre de Union Station a North Hollywood y se regresa.

Fotos: cortesía Erik D-Díaz
“En un día de trabajo me hago 8 vueltas”, comenta D-Díaz.
Lo que más le gusta de su trabajo es que siempre “ha amado el tren” y trabajar a su lado es una satisfacción muy grande.
“Me encanta la máquina. La complejidad del mecanismo. Poner mis manos en la máquina. Esto es lo más recompensante. Amo las vías, los sonidos, cómo trabaja el tren. Todos los días descubro algo nuevo”, explica.
“También me gusta que ayudo a la gente a llegar a sus trabajos y contribuyo a reducir el tráfico de la ciudad. Cuando veo a 800 personas entrar al tren digo ‘wow!’”, agrega.
Sin embargo, sus labores están llenas de responsabilidades pues lleva acuestas la vida de miles de pasajeros.
“Tenemos que estar súper alertas ante cualquier cosa que se atraviese. Alertas al radio, a escuchar las condiciones de las vías, poner atención en la plataforma. Antes de subirnos al tren tenemos que verificar que todo esté funcionando correctamente”, indica el operador.
Erik creció en el Este de Los Ángeles, donde una vez salvó a una mujer víctima de un secuestro. En consecuencia, recibió un balazo en el pecho que casi le quita la vida. Tenía 16 años.
Cuenta que siempre ha sido una persona muy activa. En su tiempo libre se mantiene en forma pues también es miembro activo de la Reserva del Ejército de Estados Unidos. Ahí entrena un fin de semana al mes y supervisa a otros sargentos como él, pero también ha estado en zona de guerra.
“Fui a Irak en 2004 a hacer misiones de seguridad de convoyes y entrenamientos con la policía iraquí”, recuerda. Aunque esa etapa en su vida le trae malos recuerdos ya que perdió a varios de sus compañeros.
También le gusta viajar y conocer diferentes países y sus culturas y sobre todo disfrutar de la naturaleza como ir a escalar montañas y conocer gente.
D-Díaz tiene raíces guatemaltecas por su madre y mexicanas por su padre y es por eso que habla muy bien español, cualidad que usa con los pasajeros que no entienden inglés. Su madre era usuaria cuando él era pequeño. Dice que no le gusta ver a una madre con niños desubicada en Metro porque se ve reflejada su infancia.
“En el autobús veía mucho eso. Mujeres con sus hijos perdidas. Siempre trato de ayudarles”, dice.
Con respecto a su futuro en Metro, el operador está estudiando sus opciones.
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