No sabía
Oscar Mendoza, inmigrante de 55 años dijo que no sabía que hay un día para celebrar el planeta, pero su trabajo ayuda a mejorar el medio ambiente ya que limpia el grafito en la ciudad de Pasadena. “En lo personal, no puedo dejar de manejar porque no se puede ir a ningún lado sin auto, pero en el reciclaje, creo que mi vieja recicla el plástico”. El pintor dijo manejar 60 millas diario y si pudiera se iría en Metro a trabajar, pero no hay un Metro directo de su trabajo a su casa.
Nunca lo ha hecho
Yo Ang Yu de 52 años es inmigrante de Corea, y en el Día de la Tierra no hace nada especial. “Nunca reciclé en mi país, y aquí he escuchado algo, pero no reciclamos como debiéramos”. Vive en el centro de la ciudad y maneja diariamente 9 millas para llegar a su trabajo en el sur de Los Ángeles. Agregó que ha dejado de manejar el auto un poco, pero no por ayudar al medio ambiente, sino porque la gasolina está bien cara.
Se beneficia doble
Laura González indicó que ella sí recicla y ayuda al medio ambiente. Desde que llegó a Los Ángeles en el 2006 nunca ha manejado ni piensa manejar. “Es un mito de que en Los Ángeles no puedes ir a ningún lado sin auto. El fin de semana me llevé a mis hijos a varios lugares y visité a mi familia”. La inmigrante de Guanajuato no sólo ayuda al medio ambiente reciclando, pero se ayuda también ella, ya que dijo ganar unos 20 dólares en reciclaje cada semana.
Pura bicicleta y autobús
Gabriel Morales vende hasta 100 tamales y champurrados diariamente e indicó que a la semana recicla unos 20 galones de plástico y latas de soda de los cuales se beneficia un poco y saca para comprar más masa. Él nunca ha manejado en los 12 años que lleva viviendo en Los Ángeles y su transporte siempre ha sido la bicicleta. “A donde quiera que necesito ir, mi bicicleta me lleva o el bas. Sin manejar ando contento y sin tickets”; El inmigrante de Guerrero dijo no saber que se celebraba a la Tierra, pero tratará de ayudar para que en su casa se recicle el cartón y vidrio también.
No queda de otra
Javier Guzmán de 27 años de edad vive en el Sur de Los Ángeles y trabaja hasta Calabasas. El joven indicó que diario maneja casi 70 millas, pero que no le queda otra ya que el transporte público no lo lleva hasta allá. Agregó que en su casa reciclan el plástico y él trata de hacerlo diariamente, aunque en ocasiones no hay tiempo. Subrayó que le encantaría irse en transporte público a su trabajo y ayudar así al medio ambiente, especialmente ahora que los precios de gasolina están muy altos. “Aquí en Los Ángeles no se puede dejar de manejar, ya sea para el trabajo, mandados o visitas, siempre tiene uno que andar en auto. No queda de otra”.
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