
Originaria de Minneapolis, Maddie Brozen es estudiante de posgrado de UCLA en planificación urbana, y descubrió que Los Ángeles es un gran lugar para moverse en bicicleta. Maddie viaja en trayectos cortos en bicicleta a la escuela y al trabajo (también en UCLA), participa frecuentemente en los recorridos mensuales Critical Mass y también usa su bicicleta para hacer sus compras diarias. Además de la reciente alza en la popularidad del ciclismo, encontró que las características físicas del área de Los Ángeles eran propicias para viajar en bicicleta. “El clima aquí es fantástic. No hay inviernos llenos de nieve o veranos tan calientes que se puede freír un huevo en la banqueta. Aunque tuve que acostumbrarme a las colinas, no es como si escalara el Everest ni nada como lo que hay en San Francisco”, dice Maddie.
Cuando tiene clases, Maddie pedalea por las calles residenciales hasta el campus, tardando no más de diez minutos para cubrir la milla y media de distancia entre su apartamento de Westwood y la facultad Luskin School of Public Affairs, donde pasa una buena parte de su tiempo. El andar en bicicleta le permite evitar el tiempo que tarda en caminar y esperar el autobús y el gasto asociado con estacionar su auto. De camino a casa, para Maddie es fácil pasar por la tienda a comprar los ingredientes para la cena.
Con su bicicleta, que es casi garantía de tener el mejor lugar de estacionamiento, ya que la mayoría de espacios para estacionar las bicicletas están instalados cerca de la entrada de destinos populares. Cuando Maddie tiene que ir al centro de la ciudad, considera que viajar en bici a la estación Wilshire y Western de la Línea Púrpura (Purple Line) y de ahí ir en metro no sólo es la forma más barata de llegar, también puede ser la más rápida, dependiendo del tráfico.
“Disfruto andar en bicicleta. Especialmente durante las horas pico, la bicicleta es comparable o incluso más rápido que manejar en auto. Se siente bien para pasar una fila de coches atorados en el tráfico y sé que mi modo de transporte es mejor para el medio ambiente que conducir. Y es divertido. Casi siempre tengo una sonrisa cuando voy en bicicleta”, señaló.

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