Gus Lozano: El objetivo es ayudar

Gus Lozano, agente de seguridad de Metro, con su fiel acompañante Napoleon.

Con raíces, cultura y educación que inician en Culiacán, Sinaloa, México, crecen en Compton y continúan en el condado de Los Ángeles, Gustavo Lozano, agente de la Unidad de Explosivos de Metro, trata en todo momento de servir a la gente y responde a sus preguntas en una forma sencilla, directa y sin tapujos.

“Nuestro trabajo es prevenir, no reaccionar y hacemos de tocho morocho con respecto a la seguridad de la gente”, dice el agente con 20 años de experiencia y que diariamente porta 40 libras de equipo, incluyendo su pistola 9 milímetros y  su chaleco antibalas; además su sabueso Napoleón siempre lo acompaña.

Así ambos recorren cada día diferentes líneas del servicio de transporte, para asegurarse que no haya paquetes abandonados o sospechosos que pudieran convertirse en amenazas de bomba, y que en determinado momento pudieran hacer daño a los miles de pasajeros que a diario viajan en el Metro.

Lozano tiene una personalidad recia que pudiera intimidar a cualquiera, pero esa postura de hierro inmediatamente se transforma para responder a la gente como su sentido común le indique.

“No importa la raza de la gente o qué tipo de pregunta sea, el objetivo es servir a todos los pasajeros, sea quien sea y venga de donde venga”, agrega el agente, quien enfatizó mantener un sentimiento especial por la gente más vulnerable socialmente hablando ya que se identifica con ellos, especialmente si son inmigrantes.

“Mi familia viene de la clase más humilde en México, no podemos olvidarnos de nuestras raíces, así que cuando veo a un inmigrante latino que quiere pero no se anima a preguntar, le hablo en español para que agarre confianza. Una vez que las personas escuchan su idioma te das cuenta cómo cambia su semblante, bajan su guardia, se les quita lo asolapado y ahora sí empiezan a platicar”, agregó.

“Imagínate de cuidar puercos cuando niño en mi tierra natal, a buscador de bombas para mantener segura a la población en una de las agencias de transporte más importante y grande de Estados Unidos… Nunca lo hubiera imaginado”, continúa.

Lozano conversa con el público durante sus horas de patrullaje en las estaciones de Metro.

“Mi familia era bien humilde, es por eso que nos venimos a este gran país, buscando la oportunidad de salir adelante y eso no se me olvida. Es por eso que siento la necesidad de ayudarle a la gente”, explicó el agente.

Además, Lozano y su fiel amigo Napoleón, considerado un miembro más de su familia, forma parte de un grupo que periódicamente van a las escuelas en áreas de bajos recursos, como en el Sur de Los Ángeles, para inspirar a los niños a que sigan su educación.

“Creo que el poder inspirar a un niño a seguir adelante en sus estudios es una de las labores que más satisfacciones te da este trabajo, es por eso que la verdad no pienso retirarme. Metro [es] mi segunda casa ¡casi aquí vivo! y además vivo para servir, qué más puedo pedir”.

Aunque para Lozano hablar el inglés es fundamental para que las personas salgan adelante y se realicen profesionalmente, en su familia procura que sus hijos también aprendan el español, no sólo porque socialmente tendrán la ventaja de ser bilingües, pero para que conozcan su cultura y no olviden sus raíces.

Yi Pu, uno de los supervisores de Lozano, indicó que el experimentado agente tiene una personalidad muy abierta y en todo momento se gana la confianza de la gente para platicar con él y eso le permite hacer su labor más eficazmente.

“Es uno de los mejores agentes, siempre a tiempo y con un sentido social y de ayuda que a la gente le gusta su presencia. Hace que los pasajeros se sientan más seguros y al final  ese es uno de los principales objetivos de su trabajo”, finalizó Pu.

Lozano y Napoleon, perro rastreador de bombas, patrullan los trenes de Metro para mantener la seguridad del público.