Altos precios de gasolina, altas ventas de bicicleta

Hablar de crisis es hablar de altos precios,  bajos salarios, pocos empleos y bajas ventas, pero para algunos dueños de talleres de bicicletas, la crisis significó todo lo contrario, e inclusive, vino a revivir un estilo de transportarse del que esperan haya llegado para quedarse.

“Las ventas se han incrementado en los últimos años y creo que es por los altos precios de la gasolina”, expresó Frank Console de 57 años, inmigrante nacido en Italia, criado en Venezuela y naturalizado estadounidense.

“Este año y el pasado, hemos vendido más bicicletas que tiempos anteriores”, agregó el pequeño empresario que ha tenido su taller de bicicletas por 16 años, pero su experiencia en el transporte de la pedaleada es de casi de medio siglo, iniciado allá en Venezuela, cuando su papá estableció su primer taller de bicicletas, tradición que él siguió en EU.

De acuerdo a Frank, los primeros dos años de crisis la gente pareció resistirse a buscar otras opciones de transporte, o simplemente ver a la bicicleta como un recurso para mandados y viajes cortos, pero en los últimos dos años y con los altos precios de gasolina la gente simplemente ya no pudo más.

“Nos llegan de todo tipo de clientes, desde jóvenes, madres de familia o señores que ya sea por motivos de salud o necesidad de hacer ejercicio optan por darle una oportunidad a la bicicleta y aprovechan la crisis y que más gente está haciendo lo mismo”, expresó el pequeño empresario.

Actualmente las bicicletas que más se venden son las de marca Schwinn y Fixed, ya que los colores son bien llamativos y a la gente le gusta que se vea bonito. Sin embargo, Frank advierte a los clientes que tengan cuidado y no por que se vea bonito es símbolo de calidad.

De acuerdo al experto en bicicletas, dichas marcas las pueden encontrar en grandes tiendas corporativas, pero aunque la marca es la misma, la calidad no lo es.  “Lo que pasa es que la marca vendió el nombre a la compañías y éstas simplemente construyen el producto con el nombre, pero no con la calidad que debería de ser”, expresó.

Una de las mejores opciones para comprar según Frank es visitar las tiendas de bicicletas locales o algunas tiendas de deportes de renombre, pero nunca las supertiendas que venden de todo, porque aunque encontrará el precio más barato, a la larga pudiera salir más caro y constantemente tendrán que llevarlas a reparar.

Por otro lado, el movimiento de CicLAvia, dijo Frank, ha ayudado bastante para que la gente al menos considere la bicicleta como una opción. CicLAvia surgió en Los Ángeles por primera vez en octubre del 2010 y en abril del 2011 regresó a las calles de la ciudad, convirtiendo, por un día, las principales avenidas de autos en carriles de bicicletas.

Y fue precisamente donde Laura Martínez, secretaria administrativa, madre de familia y residente de Downey, se contagió y ahora lleva a su hija a la escuela en bicicleta.  “Yo tenía una bicicleta, pero ya llevaba años en el garaje y nunca la usaba”, expresó.

“El movimiento de  CicLAvia me llamó la atención y a partir de ahí  le compré  una bicicleta a mi hija de 8 años y ahora me la llevo a la escuela en ella”, agregó la madre, quien después de llevar a su hija a la escuela, regresa y se arregla para irse a trabajar.

“Creo que es cuestión de organizarse. Por muchos años yo nunca pensé que andaría en bicicleta y véame ahora”, agregó la madre, quien dijo le gustaría ver más gente utilizando su bicicleta y menos su auto, al menos cuando llevan a sus hijos a la escuela.

Aunque Frank dijo no sentirse contento por la crisis y por los precios de la gasolina, sí con el uso de la bicicleta de gente que nunca en su vida pensó utilizarla y además, sonríe cuando ve que las ventas de su local se incrementan.

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