La voz del pasajero: ¿El grafito se debe tolerar o castigar?

Cuando se trata del grafito, la mayoría de los usuarios de Metro está de acuerdo en que se trata de un delito que debe ser castigado. En una encuesta informal efectuada por El Pasajero, todas las personas consultadas coincidieron en que les molesta ver pintarrajeados los autobuses y trenes en los que se transportan. Tanto quienes aceptaron dar sus nombres y ser fotografiados, como varios que se negaron a ello coincidieron en que esta práctica no debe ser tolerada. A continuación algunos de los testimonios que nos dieron:

Patricio Payás/ Fotos: María Luisa Arredondo

Patricio Payás, originario de Perú, empleado y residente de Los Ángeles, manifestó que el grafito es una falta de respeto, pero que antes de sancionar a los que cometen este delito se les debe dar una oportunidad.

“Creo que a las personas que se dedican a pintar y destruir los trenes y los autobuses no les importamos los demás. Piensan que tienen derecho a expresarse, pero no se dan cuenta que a la mayoría de la gente no nos gusta su ‘arte’. En mi opinión, antes de castigarlos, habría que preguntarles por qué lo hacen, tratar de ayudarlos a que canalicen sus inquietudes de pintar de una forma constructiva. Pero si después de una primera falta siguen haciendo lo mismo, se les debe multar”, dijo.

María Flores

María Flores, nacida en México, residente de Los Ángeles y madre de cuatro hijos, señaló que los padres son quienes deben evitar que este problema prolifere.

“Yo he visto que muchos jovencitos se suben a los camiones y los pintan y nadie les dice nada, ni siquiera sus papás. A mí si me molesta porque no tienen por qué destruir algo que es todos y además poner el mal ejemplo a los más chicos. Yo siempre les digo a mis hijos que eso está muy mal, que nunca vayan a rayar ni a destruir lo que no es suyo y que aprendan a respetar. Para terminar con ese problema la policía debería obligar a los que andan pintarrajeando a que paguen por lo que hicieron o a que ellos mismos lo limpien”, indicó.

Liliana Hernández

Liliana Hernández, nacida en Los Ángeles, estudiante universitaria y madre de familia, opinó que todos debemos poner nuestro granito de arena para terminar con el grafito.“Hay muchas personas que cuando ven que alguien está rayando o destruyendo los autobuses se quedan como si nada y creo que eso es parte del problema. Todos deberíamos de reportar a los grafiteros. Sería bueno que pusieran un letrero grande en los trenes y los autobuses con un teléfono para que pudiéramos avisar a las autoridades. Y los castigos también deberían de ser más duros, incluso si se trata de personas adultas, los deberían de meter a la cárcel porque ese problema nos cuesta a todos los que pagamos impuestos”, aseguró.

Martha Leffew

Martha Leffew, originaria de Perú, residente de Wilmington y estudiante de masajes terapéuticos, dijo que hace falta más vigilancia para atacar el problema.

“A mí me molesta mucho que la gente coma en los autobuses y en los trenes, o que deje basura y que raye y destruya. Estoy de acuerdo en que se castigue a todas las personas que cometan esas faltas porque los demás tenemos derecho a un servicio de transporte que esté limpio y que sea cómodo. Pero me parece que la única forma para atacar este problema es que pongan más vigilancia, aunque claro que también eso cuesta”, afirmó.