John Flores, siempre listo para resolver problemas de mantenimiento en Metro

Cuando se presenta un problema de mantenimiento en el edificio de Metro, desde un elevador descompuesto hasta una fuga de agua, el encargado de recibir el reporte y de ponerle remedio al asunto es John Flores.

Siempre amable y dispuesto a ayudar a quien se lo pida, John es uno de los empleados más sociables y conocidos de Metro. “Tengo trato con mucha gente porque yo soy el que primero recibe las quejas de las descomposturas y el que se encarga de llamar a las compañías indicadas para que las arreglen”, asegura.

Como coordinador de los servicios de mantenimiento del edificio, John precisa que, para hacer bien su trabajo, es muy importante mantener la calma. “A veces se presentan situaciones de emergencia que ponen a mucha gente nerviosa. Yo trato de no angustiarme, de pensar con la cabeza fría porque es la mejor manera de responder ante cualquier problema”, dice.

Y como ejemplo cuenta que hace alrededor de dos años, durante la noche se rompió una tubería y corrió el agua hasta el décimo piso. A la mañana siguiente, los primeros empleados que llegaron se alarmaron al ver que las oficinas estaban inundadas y no sabían qué hacer.

“Muchos de mis compañeros tenían miedo de actuar y querían esperar a los jefes para que ellos decidieran qué hacer. Pero yo pensé que el problema se iba a agravar entre más tiempo pasara, así que no esperé a recibir órdenes sino que inmediatamente llamé a una compañía para que hiciera las reparaciones y eso ayudó a que se evitara un daño mayor”, asegura.

Tanto John como su familia tienen lazos con Metro que datan de hace muchos años. “Mis padres trabajaron en RTD, la compañía que antecedió a Metro por mucho tiempo. Mi papá incluso fue conductor de autobuses y mi mamá asistente de servicio y se jubiló hace apenas cinco años”, relata.

Por esta razón, agrega, para él fue muy natural llegar a Metro a pedir trabajo. Entró a laborar en esta agencia en 1996, en el Departamento de Información, de ahí pasó al Departamento de Compras y desde 2005 trabaja en su puesto actual.

Aunque dice que le encanta su trabajo, confiesa que le gustaría tener más responsabilidad y llegar a ser supervisor de contratistas. Para cumplir su meta, está consciente que debe prepararse más y por eso ha regresado a estudiar. “Aquí mismo en Metro estoy tomando clases de Administración de Negocios y espero graduarme en dos años”, precisa.

La mayor parte de su familia, dice, es de Colorado. Pero él nació en Los Ángeles y hasta hace muy poco vivió en La Puente. “Me tuve que mudar de ahí porque empezó a haber muchos problemas de drogas y pandillas. Lamenté tener que vender mi casa porque la había arreglado mucho, en mis ratos libres me dedicaba a remodelarla, pero preferí dejarla para vivir más tranquilo”, señala.

Agrega que ahora reside en Fontana, donde compró una casa nueva y, aunque le queda un poco más lejos de la oficina, toma a diario Metrolink, con lo que se evita los contratiempos de manejar y lidiar con el tráfico.

El pasatiempo favorito de John es viajar y convivir con su familia. “Tengo una hermana que está casada y vive en Carolina del Norte y tiene cuatro hijos ya grandes, el mayor de 26 años. Siempre que puedo voy a verlos”.

Su espíritu aventurero lo ha llevado a conocer muchos países del mundo. “He recorrido casi toda Europa, he ido también muchas veces a México y a Centroamérica. Pero lo que más me gusta es París y es adonde pienso ir en mis próximas vacaciones”, manifiesta con un amplia sonrisa.