¿Se han preguntado alguna vez cómo se lavan los autobuses de Metro?
Al igual que cuando llevamos nuestro auto al servicio de lavado, todo comienza con máquinas que esparcen agua y jabón. Pero las similitudes terminan aquí por dos razones: La primera, es que los autobuses de Metro se lavan a diario y la segunda porque, debido a sus grandes dimensiones, sería una tarea imposible secarlos a mano. Un autobús de 45 pies de longitud mide 11 pies de altura y pesa 19 toneladas. Uno de 60 pies de longitud mide también 11 pies de alto, pero pesa 21 toneladas.
Cada una de las 11 instalaciones de mantenimiento de Metro cuenta por lo menos con un servicio de lavado y a veces dos, dependiendo del número de autobuses que tenga asignados. Estas instalaciones se encuentran por todo el condado de Los Ángeles para hacer más accesible darle mantenimiento a la flotilla de más de 2,000 autobuses de Metro que recorren un área de 1,400 millas cuadradas.
Las máquinas que lavan a los autobuses son especialmente construidas para Metro con cepillos diseñados para lidiar con estos vehículos que diariamente están expuestos por horas al sol, el viento, el tráfico y la contaminación. Además de que se les lava a diario, cada cuatro meses se les somete a una limpieza detallada.
Para limpiar los interiores, los trabajadores utilizan aspiradoras de alta presión para extraer todo el polvo y pequeñas partículas adheridas a la superficie de los asientos. Estos materiales se depositan después en un compresor de basura que los convierte en una especie de gran bola de papel.
Posteriormente, los trabajadores limpian a mano los interiores con agua, jabón y toallas, utilizan un limpiador especial para las ventanas y las superficies metálicas. Este trabajo se lleva unos 20 minutos. En promedio, alrededor de 120 empleados de Metro hacen a diario esta tarea.
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