Por Ned Racine Aunque están trabajando como debieran, las alarmas que se activan cuando un camión o una maquinaria pesada de construcción se echan en reversa, transmiten música o sonidos raros, se escuchan y molestan hasta varias calles a la redonda.
En la autopista 405 a la altura del Proyecto de Mejoramiento Paso Sepúlveda se ha tratado de hacer algo al respecto y éste ha sido el resultado: Una alarma con los sonidos de un pato.
Las alarmas molestan por naturaleza porque es la intención llamar la atención de las personas, además, están diseñadas para evitar los accidentes en las áreas de trabajo; Sin embargo, los accidentes en este renglón no son raros.
Las estadísticas de la oficina de empleo federal indican que el 6 por ciento de las 397 muertes en la industria de la construcción se debieron a la falta de alertas en el 2002. Fue entonces cuando Cal OSHA indicó que las alarmas para retroceder en los camiones y maquinaria debían ser un requisito.
Para reducir este tipo de pérdidas de vidas, los sonidos de las alarmas buscan prevenir y alertar a los trabajadores del movimiento de las maquinaria pesada y camiones y así hacerse a un lado, sin embargo el sonido de estas alarmas rebasan la barrera de la distancia y se escuchan a varias calles a la redonda, durante el día y en zonas residenciales que se supone deberían ser tranquilos y con el más mínimo de ruido.
Para contrarrestar los sonidos molestos de los residentes y al mismo tiempo mejorar la seguridad de los trabajadores en áreas de trabajo sin eliminar los sonidos de las alarmas, Kiewit Infraestructura West, contratista del proyecto de la autopista 405 ha lanzado una alarma que ayuda a eliminar los problemas generados por las alarmas ruidosas.
Primero suenan como patos, o algo así: cua… cua… cua… y se trasmiten en una banda más ancha a la tradicional lo que disminuirá el impacto y el alcance de las mismas. Lo que significa que serán más tolerables y no llegaran hasta el centro de los vecindarios donde trabajan.
Además, serán más fácil de identificar por los trabajadores en el momento que las escuchen, lo que les dará más tiempo para moverse de inmediato en caso que estén en el área a donde se dirige la maquinaria o el camión.
Desafortunadamente no todos los contratistas han seguido los pasos de Kiewit para instalar ese tipo de alarmas en todo su equipo pensado de construcción, todavía en muchos vecindarios donde se realiza una obra de construcción, posiblemente escuche esos molestos sonidos, que esperamos, pronto sean reemplazados por uno más amable como el del pato. Cua… Cua… Cua.
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