Por Kim Upton
En política, la tercera vía es un asunto tan poderoso que los políticos hacen su mejor esfuerzo para evitarlo. En el tren subterráneo la tercera vía es tan poderosa, que los usuarios hacen lo imposible para evitarla.
Y tienen razón en hacerlo, puesto que los trenes de Metro corren sobre 800 voltios, cantidad suficiente para impulsar los trenes llenos hasta 70 mph a través del túnel de la Línea Roja (Metro Red Line), entre las estaciones Hollywood/Highland y Universal City.
En los trenes subterráneos, la tercera vía es la fuente del sistema eléctrico. La misma electricidad se envía a los trenes ligeros como los de las líneas Azul, Dorada, Verde y Expo (Metro Blue, Gold, Green y Expo) a través de un sistema de cables. No se necesita petróleo, gas o gas natural comprimido para los trenes, sólo electricidad.
¿De dónde viene la electricidad? Como el petróleo, la gasolina y el gas natural comprimido, Metro la compra. La electricidad puede ser un producto de fuentes diversas como la energía nuclear, el carbón, el gas, el petróleo, el agua, o el viento. En el caso de Metro, las fuentes intermediarias son las compañías de electricidad, entre ellas LADWP y Pasadena Water and Power —las mismas compañías que suplen de electricidad a muchas de nuestras casas.
Aunque Metro compra muchos millones de electricidad cada año para las líneas de trenes, ésta es más barata que el petróleo, la gasolina y el gas natural.
Así como el gas natural comprimido se usa para la flota de autobuses, la electricidad que compra Metro se produce en Norteamérica, lo que significa que escapa a los principios de alza de precios del petróleo producido por países inestables. Y, por spuesto, esto es algo bueno, especialmente ahora que los precios de la gasolina han ido en aumento.
El otro beneficio de la electricidad es que las líneas de trenes de Metro se harán más “ecológicas” conforme los servicios de transporte desarrollen más fuentes de energía renovables. Los subterráneos y los trenes ligeros ya producen menos gases de invernadero por milla por pasajero que la mayoría de los autos y esto debe mejorar conforme haya más plantas de energía de viento, solar y geotérmica.
La electricidad es también una fuente de energía generalmente confiable, tanto en términos de demanda como de desempeño para los trenes subterráneos y ligeros. Pero tiene también sus puntos débiles.
Mientras que la tercera vía de un subterráneo está protegida de las inclemencias del tiempo, la de los trenes ligeros no. Éstos están conectados a la fuente de energía a través de cables instalados de 12 a 16 pies arriba del suelo. (Catenario, para aquellos que tomaron y recuerdan sus clases de física, es la curva asumida por una cuerda o una cadena –o incluso una telaraña- que cuelga libremente entre dos puntos fijos).
Pero volviendo al tema del tiempo, ¿recuerdan la tormenta de enero de 2010, que inclinó un árbol sobre los cables de la Línea Dorada (Metro Gold Line) en el Sur de Pasadena? La línea estuvo cerrada por horas y los pasajeros tuvieron que ser transportados por autobús. Este es el ejemplo perfecto de lo que pasa cuando la electricidad se corta, aunque en este caso también ocurrió que un árbol bloqueó las vías.
A pesar de los contratiempos ocasionales que se presentan por la Madre Naturaleza, el sistema catenario parece funcionar muy bien. Tal vez es, en parte, porque el sistema tiene más de cien años de estarse perfeccionando. El primer tranvía con líneas en la parte superior fue presentado por Warner von Siemens (sí, la misma compañía que fabricó algunos vagones de Metro Rail) en la Exposición Internacional Eléctrica, en París, en 1881. La instalación se removió después del evento, pero el concepto del tren ligero persistió. Y nos alegramos de que haya sido así.
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