En los últimos 28 años David Castillo ha respondido a incontables llamadas de emergencia mientras dormía, estaba en una cena con su esposa, en una reunión de trabajo o en una celebración familiar.
“No sé cuántas veces he tenido que dejar de hacer algo importante para enviar servicios especiales de transporte ante situaciones imprevistas como accidentes de tránsito, incendios, descomposturas de autobuses, etc. Es un trabajo de 24 horas al día los siete días de la semana”, dice Castillo, quien es asistente del gerente del Departamento de Operaciones de Vehículos en Metro.
Castillo explica que su trabajo no sólo consiste en enviar servicios de transporte en emergencias sino también durante eventos que se celebran cada año como los maratones de Los Ángeles y ahora la CicLAvía durante la que se cierran al tráfico varias calles del centro para que la gente pueda andar en bicicleta, correr, patinar o simplemente caminar de manera segura y relajada.
“Ha habido otras ocasiones en que se han celebrado eventos especiales que han requerido de nuestra intervención. Recuerdo, por ejemplo, cuando se celebró la Convención Nacional Demócrata y cuando fueron los servicios funerarios de Betty Ford, quien fue primera dama del país”, precisa Castillo.
Para llevar a cabo su labor, Castillo –un hombre que habla con firmeza, pero a la vez sumamente cordial y afable- dice que su departamento cuenta 52 camionetas tipo SUV y 91 supervisores que trabajan en estrecho contacto con el Departameto de Policía de Los Ángeles, con los bomberos y el Departamento del Sheriff para coordinar los esfuerzos de transporte de personas ante cualquier emergencia.
Si bien es un trabajo que supone un reto constante pues se debe actuar de manera rápida y con la cabeza fría, Castillo asegura que esto es precisamente lo que le gusta, pues ningún día es igual a otro. Otra de las cosas que más disfruta, agrega, es la interacción con los demás y el tener la oportunidad de ayudar a otros.
Castillo nació en Los Ángeles y creció en el seno de una familia latina integrada por siete hemanos y dos hermanas mayores que él. Su papá era originario de Sinaloa y su mamá de Phoenix, Arizona.
Recuerda que, desde muy pequeño, le gustaba el transporte público porque su padre –quien trabajaba en el área de lavandería del famoso Hotel Roosevelt en Hollywood y tuvo oportunidad de conocer a Los Beatles cuando se hospedaron ahí- nunca tuvo auto. “Íbamos al cine, a la cafeteria, a hace las compras a Central Market, a todos lados, en autobús y realmente lo disfrutaba”.
Con el tiempo, Castillo consiguió trabajo como conductor de autobús en Metro y una de las anécdotas que recuerda con mayor agrado es que le tocó llevar a su papá como pasajero. “Fue muy curioso, pero como él andaba por toda la ciudad, una vez me tocó ser su chofer”, dice riendo.
Para Castillo –quien es veterano de la guerra de Vietnam- el mayor tesoro es la familia que formó. Tiene tres hijos de 34, 28 y 23 años y dos pequeños nietecitos. Uno de sus hijos trabaja ahora como chef en el Hotel Roosevelt.
Además de disfrutar el tiempo que pasa con su esposa y el resto de su familia, Castillo dice que le gusta mucho cocinar, jugar al golf y escuchar música. Debido a que ya cumplió 64 años y ha trabajado en Metro desde 1974 considera que ha llegado la hora de retirarse.
“Pienso dejar de trabajar pronto, tal vez para fines de año”, dice. Una vez que esté retirado apunta que una de sus prioridades será dedicar parte de su tiempo a apoyar la causa de sus compañeros que son veteranos de guerra.
“Tengo muchos amigos que necesitan ayuda, están muy enfermos y solos. Por esa razón organizamos eventos especiales para que se motiven. El año pasado, por ejemplo, hicimos en Hawaii una competencia para veteranos discapacitados y fue muy emotivo porque realmente esto hace la diferencia en la vida de muchos de ellos”, asegura Castillo, un hombre para quien la mayor satisfacción consiste, precisamente, en ayudar a los demás.
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