Estación Pico de la Línea Azul

Ya sea que lo hayan hecho en Metro o en autobús, lo cierto es que este año, el transporte público fue un gran aliado para la cultura durante la segunda Feria del Libro realizada en Los Ángeles (LéaLA).

Una de las ventajas fue que la Línea Azul (Metro Blue Line) tiene una estación justo frente al Centro de Convenciones de Los Angeles, lo que facilité el acceso al inmueble ya que prácticamente al bajar de la estación Pico, simplemente se camina,  unos pasos y ya esta uno en la feria del libro.

Hubo tanta gente, que por momentos el evento parecía una estación del metro en ciudad de México.

Otro de los grandes aliados fueron los altos costos del estacionamiento que iban de 10 a 25 dólares, dinero suficiente para comprar dos o tres libros.

Recuerdo que algunos de los compañeros que nunca han utilizado el transporte público, el primer día viajaron a la feria del libro en auto, pero al siguiente día llegaron en Metro, al enterarse que la estación estaba justo enfrente del Centro de Convenciones.

Uno de los atractivos fueron el hijo y el nieto de El Santo, el enmascarado de plata.

Otro de los aspectos que ayudo a que el Metro funcionara fue la comodidad hasta para ir leyendo durante el viaje y que además con la nueva Línea Expo, ahora el público tiene mas opciones de viaje sobre todo de la parte oeste de Los Angeles hacia el centro de la ciudad.

Prueba  de lo que significó el transporte público para LéaLA fue que en este año más de 67 mil personas llegaron a la feria y como fue un evento familiar, iban con todos sus hijos, sobrinos y nietos.

Los talleres para los menores fueron de los más concurridos

Además, el alto contenido de los talleres literarios fue un gran atractivo y también llevó gente de todos los niveles, inclusive gente que no hablaba español muy bien, pero tenían curiosidad y querían aprender sobre el evento.

Los autores como Sanjuana Martínez no se daban abasto para firmar sus libros