Esta es la situación: un segmento de seis millas de autopista intercalado entre tramos de tres carriles de carretera. Los funcionarios de transporte de Texas decidieron pavimentar los rellanos a la orilla de la autopista y abrirlos al tráfico para aliviar el congestionamiento.
Los primeros datos mostraron que inicialmente el tráfico empezó a fluir mejor pero poco después resurgió el problema del congestionamiento, aunque no en la misma proporción.
Como indica la publicación Wired, donde se publicó esta nota, vivimos en una época en la que mucha gente tiene una perspectiva automática en contra de los proyectos de autopistas, alegando que sólo atraen más automovilistas. Sin embargo, no podemos dejar que las carreteras se deterioren y se vuelvan obsoletas al punto de que representen un riesgo para la seguridad.
Aquí, el enlace a la nota completa: Widening freeways never fixes traffic, but darnit it did in Texas (Wired)
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