Por Anna Chen

Ayer tuve la oportunidad de subirme por primera vez a un Transdev que es un autobús eléctrico que se maneja solo. Estaba muy entusiasmada porque nunca antes había abordado un vehículo autónomo. Aunque no pienso mucho acerca de estos autos, no creo que contribuyan mucho a reducir la congestión del tráfico, pero probablemente esto es diferente con los autobuses.

Antes de que alguien me pregunte si defiendo estos conceptos que podrían dejar a muchos conductores sin trabajo, por favor quiero aclarar que no es así. La transición de la fuerza laboral es uno de los retos que enfrentamos en el transporte.

Por lo que se refiere al trayecto, resultó aburrido. Como en cualquier otro autobús, dimos una vuelta alrededor del estacionamiento. Pero el hecho de que no hubo sorpresas puede ser la meta de la nueva tecnología. Un trayecto seguro y aburrido es exactamente lo que deseas cuando estás en un autobús que se maneja por sí solo.

También me permitieron probar los sensores del autobús, que son los que avisan si hay un obstáculo en el camino. Me paré enfrente y se detuvo aproximadamente a tres pies de distancia.