Los lectores asiduos a este blog saben que la máquina perforadora de túneles para la Línea Crenshaw/LAX lleva el nombre de Harriet Tubman, la conductora del Tren Subterráneo que ayudó a liberar a miles de esclavos del sur del país.
Harriet Tubman nació en un hogar de esclavos en 1820 en Dorchester, Maryland. Sus padres la nombraron Araminta “Minty” Ross, pero ella se cambió el nombre en 1849, cuando logró escapar. Fue entonces cuando adoptó el nombre de Harriet, en honor a su madre, y Tubman, por su esposo. Durante su adolescencia, Harriet sufrió una lesión en la cabeza que le producía alucinaciones. Era muy religiosa y sus creencias le dieron el valor para rescatar a sus familiares y amigos una y otra vez como conductora del Tren Subterráneo.
Durante la Guerra Civil, Tubman fue enfermera, cocinera, lavandera, espía y guía. Después de la Proclamación de la Emancipación, fue a Auburn, Nueva York, donde vivió hasta su muerte, en 1913. Su casa siempre estuvo abierta a los necesitados. Con donaciones de personas que apoyaban su labor y las ganancias de un jardín de vegetales que cultivaba, pudo mantenerse a sí misma y ayudar a otros. Recaudó fondos para abrir escuelas para niños afroamericanos y dio muchos discursos sobre los derechos de las mujeres. Su sueño era construir una casa para las personas de la tercera edad. En 1908 esto se hizo realidad con la apertura de la Casa de Harriet Tubman para los Ancianos.
Una de las citas más conocidas de la destacada luchadora social es “Liberé a miles de esclavos . Y pude haber liberado a miles más si sólo ellos hubieran sabido que eran esclavos”.
El NYT presenta una historia interactiva que traza la ruta que Tubman usó en el este de Maryland para lograr su propósito.
Aquí, el enlace a la nota completa: Harriet Tubman’s path to freedom (NYT)
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