Voces de Pasajeros: viajan en tren a pasear en patineta

Francisco Mondragón y Hugo Romero tienen una gran pasión por la velocidad, pero no por la de los trenes, autobuses o carros de carreras sino por la que alcanzan montados en la patineta.  No es sorpresa verlos algún fin de semana en las calles de Hollywood, Little Tokyo o Koreatown haciendo trucos y malabares entre la gente.

“No nos gusta quedarnos en la casa. Tratamos de salir y qué mejor haciendo ejercicio montando patineta. Es algo positivo”, comenta Francisco.

Estos dos chicos son primos y amigos inseparables. Casi siempre andan juntos, usan el transporte público para llegar a su “misiones” sobre la patineta y disfrutan cada aventura.

“Solo viajamos a donde nos lleve el tren. Le llamamos misiones a nuestros viajes por la ciudad”, dice Hugo.

 

A ambos los conocí en Union Station mientras esperaban Metro Gold Line al regreso de una “misión” por el Paseo de la Fama de Hollywood. Los dos viven en el Este de Los Ángeles, son estudiantes de colegio y  se saben al derecho y al revés la ciudad y el  sistema de trenes y autobuses. Viajan hasta Long Beach y Santa Mónica.  Eso sí siempre acompañados por su inseparable amiga, la patineta.

Una de sus guaridas favoritas son las rampas para patinadores del Parque Belvedere. Ahí pasan horas practicando nuevos trucos aunque lo que les gusta más es deslizarse con sus vehículos sobre ruedas por las banquetas de las calles y avenidas del vecindario.

“La usamos para todo, incluso para ir a la escuela”, dice uno de los jóvenes.

“Digamos que es nuestro vehículo alterno”, agrega Francisco sonriendo.

El joven estudia en el colegio del Este de Los Ángeles. Quiere ser policía o bombero.  Como vive cerca de la escuela se transporta  sobre la tabla con ruedas. Para la segunda parte de nuestra entrevista no pudo asistir debido a que fue aceptado a un programa  de seis meses para ser bombero y tuvo que viajar.

El trayecto de Hugo a la escuela es más complicado.  Se monta en la patineta rumbo a la estación Atlantic para usar Metro Gold Line. En Union Station transborda a Metro Red Line o Metro Purple Line con destino a Los Angeles Trade Technical College, donde estudia para ser ingeniero mecánico o eléctrico.

“Si voy tarde, no me queda otra que irme en la patineta hasta el salón de clases para llegar más pronto.. es más rápido que caminar”, dice sonriendo.

Los dos jóvenes tienen 23 años.  Hugo se inclinó por la patineta influenciado por uno de sus hermanos que lo invitó a patinar con sus amigos en una ocasión y luego contagió a Francisco.

“Para mí es muy difícil hacer los trucos todavía por eso me gusta mejor ir a las misiones”, comenta Hugo.

Con respecto a la seguridad montando patinetas, los jóvenes son muy precavidos aunque solamente usan equipo de seguridad cuando están practicando un malabar nuevo.

“Te acostumbras a caerte y además usamos mucho nuestros reflejos para no lastimarnos.  Hemos aprendido a caer”, comenta Romero.

Una patineta cuesta de 140 dólares a 160 dependiendo de las partes.