Elon Musk va a necesitar más que una serie de mensajes en Twitter para demostrar que su compañía Tesla está a la altura del reto que tiene por delante con el inicio de la producción del Model 3.
Según una nota publicada en el diario español El País, el fabricante de coches eléctricos está sufriendo una fuerte corrección en Wall Street y vuelve a poner su valoración por debajo de la General Motors. A los continuos problemas de producción se le suma la creciente competencia y dudas sobre los niveles de seguridad que proclama la compañía.
La jornada del miércoles Tesla se desplomó más de un 7% después de que el banco de inversión Goldman Sachs le rebajara el precio objetivo porque no comparte las proyecciones de producción que hace Musk. No es la única en Wall Street que pone en duda sus planes. Bernstein, KeyBanc Capital y Cowen también califican de decepcionantes los 22.000 vehículos entregados.
El consenso de Wall Street anticipaba 24.200 entregas entre abril y junio. Los inversores tienen, por tanto, más preguntas que respuestas. Los problemas del Model S y el Model X no son nuevos, pero revelan la dificultad que va a tener la compañía para la producción en masa del Model 3. Por si no fuera suficiente, la escandinava Volvo anunciaba que toda su gama será eléctrica o híbrida en 2019.
Tesla era hasta ahora el líder indiscutible en el mercado de los coches eléctricos y estaba marcando el ritmo en este segmento. Pero la competencia es cada vez mayor. General Motor comercializa ya desde hace meses el utilitario eléctrico Chevy Bolt. BMW también anunciaba esta semana planes para introducir una versión eléctrica del su sedan Serie 3 a final de este mismo año.
Por si no bastara, la tormenta perfecta la completó un estudio del Insurance Institute for Highway Safety (IIHS) en el que cuestiona que el Model S sea el coche más seguro de los que se venden en el mercado como proclama la propia compañía. “Hay mejores opciones”, asegura Dave Zuby tras realizar una serie de pruebas de colisión frontal, en la que le da una calificación de “aceptable”.
El gran problema, de acuerdo con IIHS, es que el diseño del cinturón de seguridad provoca que la cabeza del conductor golpee con demasiada fuerza el volante a través del airbag. Tesla ya realizó cambios en enero pero el problema, de acuerdo con el estudio, persiste. Eso impidió que recibiera la maxíma calificación de calidad, que sí lograron el Lincoln Continental, de Ford Motor, el Mercedes E-Class o el Avalon de Toyota.
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