
Foto:Neil Kellerhouse:
La cruda travesía que viven miles de personas que cruzan ilegalmente la frontera por el desierto de Arizona puedes vivirla en carne propia en Carne y Arena, una experiencia de Realidad Virtual que presenta The Los Angeles County Museum of Art (LACMA).
Aunque, desde mi punto de vista, apenas se compara con las condiciones infrahumanas que en realidad viven los inmigrantes y refugiados.
El filme Carne y Arena (virtually present, Physcally invisible) es una producción de Alejandro G. Iñárritu en colaboración con el también cineasta Emmauel Lubezki e hizo su debut en mayo durante el Festival de Cannes.
Carne y Arena es una experiencia que está basada en la vida real de varias personas que vivieron esa odisea y sobrevivieron para contarlo, pero aquí cada visitante la vive y la recibe de diferente forma ya que es difícil de explicar, aunque fácil de sentir. Es una vivencia que no olvidarás. En particular me dejó con cierto vacío y un poco de culpa por no haber vivido ni una milésima parte de lo que estos inmigrantes pasaron en su búsqueda por una vida mejor. No te aflijas ni sientas pena si al final te quedas con unas cuantas lagrimas en tus ojos.
Como te cuento, cada persona percibe de diferente forma la experiencia y esta es la mía:
Para empezar el día que me tocó mi turno para experimentar Carne y Arena estaba el sol de agosto a todo lo que daba, me estaba derritiendo de calor. Cuando fue mi turno, dí gracias a Dios pues ya me estaba derritiendo. De inmediato me pasaron a un cuarto blanco que los inmigrantes llaman “hielera” y la temperatura de inmediato cambió en mi cuerpo de un extremo a otro y en ese momento aprecié los rayos del sol que estaban afuera del recinto. Este cuarto blanco representa los centros de detención a donde llevan a los indocumentados tras ser capturados cruzando la frontera. Parecen congeladores y los detenidos pueden permanecer ahí hasta dos días. Te piden que te quites los zapatos. Ahí te quedas un buen rato pensando en lo que te espera mientras observas calzado desgarrado, bolsas, cantimploras, botellas de agua y otros objetos que inmigrantes han dejado a lo largo del desierto y que han sido recuperados por activistas.
Esta imagen te da una perspectiva de lo que te espera. Cuando sientes que ya no puedes soportar más frío, te pasan a una bodega muy grande. Y si pensabas que el frío era cosa del pasado, te equivocas porque aquí es donde enfrentarás al desierto gélido de Arizona. El cuarto está tapizado de arena, para crear la experiencia lo más real posible. Los asistentes te ponen una mochila, unos lentes y te dicen que puedes desplazarte por todo el salón de la manera que gustes y descalzo para que sientas.
Entonces la travesía inicia cuando comienzas a sentir el frío de la noche del desierto. El viento helado roza tus mejillas. Estas solo. Tú y el desierto. Luego miras a un grupo de inmigrantes corriendo. En cuanto los ves te metes en el papel y ahora tú eres uno de ellos. Corres al mando de la voz del coyote y te tiras al suelo cuando él lo ordena. Ves a tus compañeros, pero no puedes tocarlos. Sientes impotencia cuando necesitan de tu ayuda y no puedes ayudarlos ni a cargar sus pertenencias. Una mujer cae al suelo rendida y pierde la conciencia. Tu miras y sientes la angustia de su hija, quien sin fuerzas la consuela y trata de reanimarla. Quieres ayudar a levantarla y no puedes. Un padre sostiene a su bebé en su regazo protegiéndolo del frío y tú sigues corriendo a la par con ellos. Lo único real que sientes son tus emociones y el frío que estremece todo tu cuerpo. De pronto escuchas las hélices de un helicóptero que te alumbra la cara con una luz muy fuerte y las patrullas fronterizas aparecen de la nada. Entonces te dices medio desanimada: “Ya nos agarró la migra”, pero eso no te detiene y sigues corriendo, te escondes entre los arbustos, te tiras al suelo y sigues tu lucha hasta que te ves rodeada de agentes fronterizos. Ahí conoces con más claridad a tus compañeros, que vienen de diferentes partes del continente, algunos ni siquiera hablan español sino dialectos guatemaltecos. Al final ya ni sabes si dar gracias por haber sido encontrada con vida o sentirte perdedora al ver que no lograste tu objetivo de cruzar hacía un mundo mejor. Tus sueños de desmoronan.
Esa fue mi experiencia, pero el sentir de cada persona es el que cuenta. Para los que nunca hemos cruzado la frontera en esas condiciones resulta desgarrador vivirla incluso en filme.
El drama se hace más fuerte cuando te enteras que tus compañeros de viaje son inmigrantes que están reviviendo sus experiencias bajo el lente de Iñárritu y Lubezki.
La historia dura alrededor de 6 minutos y medio, pero puede durar hasta media hora debido a que al final pasas por un pasillo donde puedes ver a los participantes contando sus historias y las razones por las que abandonaron su país.
Esta vivencia bien vale pena vivirla en realidad virtual aunque para los que la han experimentado en carne propia podría ser perturbador recordarla.
Carne y Arena se vive en LACMA de forma indefinida. El problema es que es limitada debido a que solamente puede entrar una persona a la vez y la demanda es muy grande. Te recomiendo que hagas tu reservación en internet. Tiene un precio de 45 dólares aunado al costo de la entrada.
Descuento de Metro
Muestra tu tarjeta válida TAP, una identificación de Metro o una identificación de empleado del Condado de Los Ángeles en la taquilla de LACMA y recibe dos dólares de descuento en la entrada general.
Go Metro:
LACMA está localizado en el 5905 Wilshire Boulevard in Los Ángeles. Toma el Metro Rapid 720 a Wilshire Boulevard y Fairfax Avenue.
Para las mejores rutas y conexiones usen el Planificador de Viajes en metro.net.
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