Voces de Pasajeros: Aprendió a valorar las cosas con Metro

Fotos: cortesia Xol García

No cabe duda que uno no sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido y así le pasó a Xol García con el transporte público.

Xol siempre fue una mujer independiente hasta que se mudó a Plant City, Florida. Su esposo consiguió trabajo en esa ciudad, pero su vida cambió por completo porque no maneja un automóvil y en esa ciudad el transporte público es muy limitado.  

“No salía de la casa. Todo estaba muy lejos. Un primo de mi esposo le daba ride a mi hija a la escuela en la mañana y si necesitaba leche o algo de la tienda tenía que esperar a mi esposo y si llegaba con ánimo íbamos y si llegaba muy cansado pues me quedaba en casa”,  dice Xol.

Esa situación casi la vuelve loca, estaba desesperada e incluso, la madre de dos hijos cayó en una fuerte depresión y así pasaron cuatro años de su vida.

“Fueron momentos de mucha depresión. Siempre encerrada. Ya ni me arreglaba decía: ‘pues para que me arreglo si no puedo salir’”, dice ‘

“Fue por eso que decidimos venirnos a vivir a Los Ángeles. Aquí viven mis papás y mis hermanos. Allá ya no aguantaba vivir.  Siempre encerrada”,  comenta García.

Acá en Los Ángeles su vida dio un giro de 180 grados.

“Me puse súper feliz cuando vi un autobús de Metro. No me había sentido tan contenta en mucho tiempo”, explica.   

Xol García y su familia viven cerca del centro de Los Ángeles. Tiene dos hijas y depende 100 por ciento del transporte público.

Diariamente toma el autobús rumbo a la escuela de sus hijas,  Camino Nuevo Charter Academy sus hijas al, ubicada en la 7th y Wilshire al oeste de Los Ángeles.

“Las llevo hasta allá porque creo que las escuelas son mejores que acá donde vivo.  Me hago alrededor de una hora de camino para llegar justo a tiempo”, dice García, quien ya se sabe de memoria las rutas 53, 55, 18, 20 y 66.

Y poco a poco se ha ido educando sobre el servicio. Bajó la aplicación de Metro y se dio cuenta que el autobús 53 pasa más seguido y es más rápido.

“Me di cuenta que era mejor con la aplicación y te explica bien la hora y así tu ya sabes cuanto va a tardar”, expresa.   

La madre y su hijas debería salir de casa a las 7 de la mañana, pero como le gusta llegar temprano, salen a las 6:30 para estar antes de que suene la campana a las 8.

De ahí se va a hacer sus mandados ya sea al banco, a comprar comida o a recoger boletos que se gana participando en concursos de la radio.   

“Me gusta mucho Metro. Es muy cómodo. Tiene aire acondicionado, está fresco y no vas preocupada pensando en los peligros de la carretera, solo escuchando tu música”.

 

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