Voces de Pasajeros: padre de familia discapacitado usa Metro todos los días

Fotos: Marilú Meza

María y Guillermo Salas y sus dos hijos son usuarios del trasporte público. Toda la familia ha utilizado el tren y el autobús para ir al doctor, trabajo y escuela desde hace muchos años… mucho antes que la vida les jugara una mala pasada.

La familia trabajadora vivía una vida más o menos estable hasta que un día hace 8 años el patriarca de la casa sufrió un accidente de trabajo y ese día su vida cambió.

“Se encontraba trabajando y tuvo un accidente. A consecuencia de eso ya no pudo caminar bien por eso utiliza la “walker”, platica María.

Cuenta que su esposo se encontraba trabajando en una tortillería cuando se cayó y quedó prensado entre dos contenedores de maíz lastimándose considerablemente la espalda.

Desde entones Guillermo toma el transporte público más seguido. En vez de ir a laborar como de costumbre, ahora ayuda en lo que puede dependiendo de sus posibilidades. Todos los días lleva y recoge a su hija de la escuela en autobús y se traslada en tren a sus citas médicas, ya sea en Beverly Hills o en Sherman Oaks. No tiene horario, pero se sabe bien el camino. Generalmente utiliza la Metro Gold Line, Metro Red Line y las líneas de autobuses 30 y 40 de Montebello.

Al señor no se le dificulta desplazarse en el transporte público, aunque a veces los trenes y camiones van demasiados llenos y dice que en ocasiones algunos pasajeros se rehúsan a ofrecer los asientos reservados a los pasajeros discapacitados o mayores de edad.

Su esposa María comenta que Guillermo toma el autobús a diario. “El es el encargado de llevar y recoger a la niña de la escuela porque yo trabajo de noche”, agrega.

Para subir al autobús Guillermo no batalla mucho, ya que los choferes le bajan la rampa o el camión para que se le facilite el acceso.

Por su parte, la jornada de María arranca a las 6 de la tarde cuando sale de casa rumbo a la tortillería donde trabaja, ubicada por la calle San Fernando Road en Glassell Park.

Generalmente utiliza el autobús 40 de Montebello para transbordar en el centro a la línea de autobuses de Metro 94.

“Me toma como una hora llegar al trabajo. No está mal…. ya me acostumbré”, platica.

En general la familia Salas está conforme con el servicio de Metro, solo pedirían un poco de paciencia por parte de los operadores y sobre todo que bajarán un poco el precio.

“Nosotros dependemos mucho del autobús y la verdad sí se nos hace caro. Me gustaría que fuera más accesible. Nosotros somos cuatro. Imagínate pagar 100 dólares por cada uno, sí es mucho dinero”, expresó la mujer ante su situación ya que ella es el único sostén de su hogar.