Latinos en Metro: Víctor Valenzuela responde a emergencias de la Red Line

Fotos: Víctor Valenzuela

Víctor Valenzuela ha sido supervisor de Metro Red Line desde hace 18 años. Su principal obligación es asegurarse que la línea de trenes pesados tenga recorridos seguros y sin contratiempos, pero en caso de que alguna contingencia ocurra quien da la cara es él.

“El trabajo es muy técnico. Uno debe de solucionar los problemas que surjan en los trenes”, explica Valenzuela.

Por ejemplo, Víctor es el primero en llegar si se descompone un tren, incluso llega mucho antes que el mecánico e intenta solucionar el problema para que no haya tanta demora en el servicio.

“A veces lo puedo mover antes que el mecánico llegue porque así se evitan muchos retrasos”, platica.

Pero eso es solo si se llega a descomponer la máquina. A la hora de responder a emergencias más graves, a Valenzuela le toca tener mucha paciencia, precisión y serenidad pues tiene que coordinar las labores de rescate y respuesta con los servicios de emergencia, bomberos, ambulancias, policía, Homeland Security y/o el FBI cuando hay lesionados o amenazas terroristas.

“Mi primera reacción, en algunos casos, es asegurarme que el operador se encuentre bien, sobre todo cuando la gente se tira por su voluntad a los rieles… a veces soy la primera persona en llegar”, explica.

Cuando llegan los equipos de emergencia, Valenzuela tiene que asistirlos, abrirles paso por los túneles y asegurarse que el tren subterráneo no tenga electricidad ya que son 750 voltios de electricidad directa.

“Aquí uno no puede cometer errores porque la vida de las personas está en peligro”, indica con seriedad.

“Uno tiene que ponerse muy bien los pantalones y no mostrar debilidad porque la labor de uno es dar apoyo a las personas involucradas”, agrega.

Bajo su mando también está supervisar al departamento de intendencia, mecánicos y el personal que da mantenimiento a las escaleras y elevadores.

Valenzuela tiene casi 30 años de experiencia en la agencia de transporte. Comenzó su carrera en 1991 como operador de autobuses, donde recorrió 10 divisiones y dice que, en aquel tiempo, se sabía casi todas las rutas.

Lo que más le gusta a Víctor de su trabajo es resolver problemas, enseñar a las nuevas generaciones lo que sabe y ayudar a los pasajeros, a los que a veces tiene que hablarles en español porque no entienden inglés, pero también lo hace en coreano. ¿Qué tal?

“Hace mucho trabajé con coreanos y aprendí a hablar un poco”, dice.

El supervisor es nativo de Guatemala.  Llegó a este país a los 15 años en busca de superación. Recuerda que fue duro ya que por cuatro años vivió solo y muchas veces en la calle. Pero conoció a personas muy buenas de El Salvador que le dieron la mano y poco a poco cumplió su meta. Ahora goza el fruto de su trabajo.

Tiene dos hijos ya grandes. Uno de sus pasatiempos es el ciclismo, por eso cada vez que puede se va a recorrer las montañas en bicicleta. La naturaleza lo apasiona… le gusta caminar y escalar senderos, pero cuando el clima no se lo permite prefiere ir al gimnasio o leer un buen libro.

Entre sus planes en Metro está regresar a la escuela a obtener una licenciatura y de esa manera escalar escaños en Metro, probablemente estudiar administración de empresas.