Las regulaciones perjudicarán a la industria ferroviaria (comentario)

La atribulada presidencia de Jimmy Carter tuvo un gran logro: la desregulación de nuestras industrias ferroviaria, de transporte por carretera y de líneas aéreas. Los resultados fueron notables: precios más bajos, aumento de la productividad y más innovación, según un artículo publicado en US News.

El autor, Steve Forbes, asegura que la transformación más importante fue en los trenes. Hoy nos olvidamos, pero en aquel entonces la industria se dirigía a la insolvencia con numerosos transportistas que se declaraban en bancarrota. La posibilidad de una toma de poder total del gobierno era real, un proceso, de hecho, que ya estaba en marcha.

Luego, se eliminaron los grilletes del gobierno que se remontaban a fines de 1800 sobre los precios y otras operaciones. El resultado fue milagroso.

Nuestros trenes se transformaron en modelos de eficiencia, servicio en constante mejora e impresionantes productores de ganancias. Cuando se trata de transportar mercancías, ningún otro país en el mundo iguala los ferrocarriles estadounidenses en la calidad de la infraestructura y la aplicación de herramientas de alta tecnología. Ellos son la maravilla del mundo. Los precios reales del flete, por ejemplo, son aproximadamente la mitad de lo que eran antes de la desregulación. ¡La competencia funciona!

Esa es una razón fundamental por la cual Warren Buffet, el asistente de inversión, compró el ferrocarril BNSF hace varios años.

Dado todo esto, uno pensaría que la industria recibiría aplausos constantes.

Desafortunadamente, hay cabilderos de negocios y una cantidad de burócratas que quieren repetir el terrible pasado al comenzar a imponer nuevamente el tipo de regulaciones sofocantes que han puesto a nuestros ferrocarriles de rodillas.

El foco de estos individuos sedientos de poder es una agencia independiente de la que la mayoría de la gente nunca ha oído hablar: la Junta de Transporte de Superficie (STB) de los Estados Unidos, que regula los ferrocarriles de carga de propiedad privada.

La STB no tiene un perfil muy alto, pero  ha importado de forma desmesurada las actividades económicas diarias de la nación. Las decisiones de STB finalmente impactan en todas las industrias que el servicio de ferrocarriles, y los ferrocarriles tocan virtualmente a todos los principales sectores industriales, desde automóviles y energía hasta bienes de consumo y agricultura.

Es por eso que es esencial que el Senado no bloquee a los nominados del presidente Trump a esta junta, que se enfrentará a una audiencia de confirmación este miércoles. El país necesita un STB que no impida que un sector intensivo en capital genere el dinero necesario para gastar en mantenimiento, nuevas y mejores camas de camino y un mejor servicio.

Aquí, el enlace al artículo completo: https://www.usnews.com/news/the-report/articles/2018-04-11/commentary-adding-government-regulation-will-hurt-railroads

 

 

 

 

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