Voces de Pasajeros: una turista en el tren de Los Ángeles

Fotos: Marilú Meza

Cuando Lina Meza planeó sus vacaciones por Europa y Estados Unidos de una cosa estuvo segura: que usaría el transporte público para trasladarse a los lugares que quería visitar, especialmente el tren.

“Usamos el tren porque nos pareció más rápido y práctico. Tiene parada justo en el lugar a donde íbamos. Pensamos tomar un Uber, pero se nos facilitó más usar el transporte público”, explica Meza.

 

Y así lo hizo en Londres, París, Nueva York y no podía faltar su travesía en Metro de Los Ángeles.

“Al principio me parecía complicado, pero luego agarré confianza y me lancé a la aventura”, comenta la turista, quien visitaba a su familia en el Este de Los Ángeles.

Por eso su línea favorita fue la Gold Line. En ese tren se embarcó rumbo Hollywood. Ese era su destino, pero para aprovechar su día hizo varias paradas por el camino.

“Compré el pase de 7 dólares que es válido para todo el día y no dudé en aprovecharlo al máximo”, cuenta.

Su primera parada fue en la Little Tokio Station, donde cruzó la calle para visitar las tiendas típicas japonesas del lugar y hacer algunas compras.

Luego volvió a utilizar la Gold Line para bajarse en Union Station pues quería conocer esa legendaria estación de trenes y tomarse varias fotos. Además aprovechó para caminar por la Placita Olvera hasta el Barrio Chino. Ahí tomó el tren de regresó a Union Station para transbordar a la Red Line y partir rumbo a Hollywood.

“Fue muy divertido. Me gustó el tren y la ubicación de la estación. Apenas salí y ya estaba en el Paseo de la Fama de Hollywood. El tren me pareció seguro, limpio y muy fresco porque tenía aire acondicionado”, cuenta.

Esa fue su experiencia en el Metro de Los Ángeles, pero también tiene que decir del sistema de trenes de las otras ciudades.

El de Londres le pareció el mejor porque cuenta con mapas muy específicos, es fácil de entender y las indicaciones están en diferentes idiomas: inglés, francés y español.

“Este fue mi favorito porque es bien seguro y sobre todo estructurado”, comenta.

En segundo lugar está Metro LA. Dice que lo único que se le hizo confuso fue la compra de la tarjeta Tap.

“Batallé para comprar la tarjeta porque las instrucciones están medio confusas”, dice.

El tren de Nueva York se encuentra en tercer lugar. Cuenta que no tiene señalamientos, ni leen las paradas, ni tampoco las indicaciones.

“Está la línea A, B, C y D y no sabíamos cuál iba para nuestro rumbo. No había mapas y los trabajadores no eran muy amables para explicar. Tuvimos que pedirle ayuda a algunos pasajeros”, recuerda.

El último lugar lo deja para París ya que lo considera un poco descuidado.

“Hay mucha gente por todos lados. La demanda es muy grande y los de mantenimiento no se dan abasto con la limpieza. Huele muy mal”, dice.

Con respecto a Los Ángeles, la turista considera que le faltan señalamientos de seguridad, ya que algunas estaciones no cuentan con la barrera de protección para los peatones y tiene muy pocos usuarios.

“Se me hizo raro tan poca gente porque en el resto de los trenes que usamos había mucha afluencia a todas horas y en Los Ángeles no tanta”, explica.

La turista del transporte quiere seguir explorando trenes. Su próximo viaje será a Japón, donde tiene planeado crear experiencias en los trenes de transportación pública.