De ahora en adelante, los empleados públicos de Chicago tendrán que tomar el transporte público para asistir a juntas y asignaciones de trabajo o explicar por qué no lo pueden hacer, debido a una nueva política que busca ahorrar un millón de dólares en gastos por reembolso de millas.
Según el diario, Chicago Sun Times, el alcalde de esa ciudad, Rahm Emanuel, decidió implementar la medida para terminar con los abusos de empleados públicos que usaban el automóvil de manera indiscriminada y luego pedían que el gobierno les reembolsara por las millas recorridas.
La política anterior permitía incluso que a los empleados públicos se les devolviera dinero por llevar a lavar el auto, acudir a prestar servicio como jurados, estacionarse en lugares costosos e incluso por pagar multas debido a retrasos en sus pagos de tarjetas de crédito.
Los nuevos lineamientos y los ahorros que se generarán entrarán en vigor en el presupuesto del alcalde de 2012.
Emanuel considera que esta nueva política, que disuade el uso del automóvil, “incrementará la responsabilidad y eficiencia del gobierno de la ciudad y ahorrará dinero a los contribuyentes”.
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