
Ya sea de carne deshebrada, de flor de calabaza o de requesón, todas las quesadillas son deliciosas.
Quienes viven en los alrededores de la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, saben que cuando quieren un antojito, ya sea quesadillas, pambazos, pozole o simplemente un atole, no hay mejor lugar que Quesadillas Mari.
Localizado en la calle de La Fortuna de la colonia Industrial, a sólo dos cuadras de la famosa Calzada de los Misterios que conduce a La Villa, uno de los santuarios católicos más visitados del mundo, Quesadillas Mari es un pequeño restaurante que hace las delicias de los vecinos del lugar gracias al incomparable sabor de los antojitos que ofrece.
Aunque ahora cuenta con varias mesitas de madera, el lugar se inició en 1955 con sólo un brasero instalado afuera de la casa de la señora Mari, quien noche a noche vendía sus apetitosas quesadillas de flor de calabaza, queso, requesón, huitlacoche, carne deshebrada, tinga o papa con chorizo.
Poco a poco la clientela de doña Mari fue aumentando hasta que, finalmente, cuando sus hijos crecieron decidieron abrir un pequeño local que, gracias al exquisito sazón de su fundadora, se ha convertido en uno de los merenderos favoritos de la zona. El éxito ha sido tal que recientemente inauguraron una sucursal en Cuautitlán Izcalli, en el vecino Estado de México.
El lugar no sólo tiene fama entre los vecinos del área sino también entre muchos visitantes que acuden al templo guadalupano. Francisco Carbajal es uno de ellos. “Yo cada vez que vengo a La Villa paso por este restaurante. A mi familia y a mí nos encanta todo lo que venden aquí”, dijo el padre de dos pequeños niños mientras saboreaba con ellos y con su esposa una orden de sopes con frijoles negros, lechuga, cebolla, queso y una colorida salsa verde.
Para María de los Ángeles Robles, lo más apetitoso de Quesadillas Mari es el pozole estilo Jalisco. “Me gusta porque lo sirven bien calientito y picoso, con su orégano, limón y chile, es uno de los mejores que he probado”, aseguró mientras disfrutaba con su novio de las baladas que entonaba un cantante que se presenta todas las noches en el lugar.
Otro de los antojitos más solicitados, según los meseros, son las tostadas. Y no es de extrañar. Ya sean de pata, de pollo o de tinga de cerdo, con su queso rallado, su salsa verde o roja y su lechuga fresca, son sencillamente exquisitas. Los pambazos de papa con chorizo son otra de las delicias del lugar, además de las gorditas y los exquisitos tamales, ya sea de dulce, de rajas o de chile verde o rojo.
Y para acompañar cada uno de estos platillos, todas las noches hay atoles de diferentes sabores: desde los tradicionales de fresa, vainilla o chocolate hasta los de nuez, cajeta, coco o guayaba, todos igualmente deliciosos. Quienes deseen una bebida más ligera pueden pedir café, solo o con leche, que es también de primerísima calidad.
Si después de cualquiera de estos antojitos, desean un postre, pueden elegir entre arroz con leche o flan napolitano. Cualquiera de los dos es una opción excelente.
Información general
Quesadillas Mari
Calle La Fortuna 124
Colonia Industrial
México, D.F.
Entre Constancia, Buentono, Insurgentes Norte y Calzada de los Misterios.
Teléfono: 57-81-0174
Categories: Go Metro, Metro Gourmet