Olga M. López, entrega y entusiasmo por servir a la comunidad

Olga M. López se define a sí misma como una mujer dedicada, responsable y alegre. A estas cualidades habría que agregar que es una verdadera entusiasta de su trabajo.

Como gerente de relaciones de construcción de Metro, Olga ha trabajado en varios de los proyectos más importantes de esta agencia, entre ellos la Extensión de la Línea Naranja, la Extensión hacia el Este de la Línea Dorada del Metro y el reemplazo de escaleras eléctricas en la Línea Roja.

Todos ellos, dice, le llenan de satisfacción. Pero sin duda hay uno que le provoca una emoción muy particular. Se trata del proyecto en el que trabaja actualmente: el Corredor de Crenshaw/LAX que extenderá el tren ligero de la Línea Expo desde los boulevares Crenshaw y Exposition hasta la estación Aviation/LAX de la Línea Verde. La nueva línea dará servicio a las ciudades de Los Ángeles, Inglewood, Hawthorne y El Segundo.

Detrás del entusiasmo que le despierta este proyecto, hay una razón muy personal. “Lo que pasa”, confiesa Olga, “es que yo viví y crecí en esa área y mis papás todavía viven ahí. Así que el hecho de poder trabajar en esa comunidad que fue mía por tantos años es una oportunidad de regresar algo de lo mucho que me dio”.

Entre las principales tareas que debe desempeñar como gerente de relaciones de construcción, Olga destaca que ella sirve de enlace entre los encargados de los proyectos, los contratistas, los funcionarios y la comunidad para asegurarse que todos los problemas sean resueltos de manera justa y equitativa.

Otras de sus responsabilidades incluyen supervisar los esfuerzos para mitigar el impacto que ocasionan las obras en los negocios y llevar a cabo reuniones comunitarias para informar sobre el desarrollo de las obras.

López confiesa que el reto mayor que enfrenta en su trabajo es convencer a todas las partes involucradas en los diferentes proyectos de transporte que mientras éstos se construyen tendrán que soportar algunas molestias como cierres de calles, congestionamiento vial, etc., pero que al final valdrá la pena porque toda la comunidad saldrá beneficiada.

Olga entró a trabajar a Metro en 2003 en el Departamento de Relaciones Comunitarias, que ahora se llama Relaciones de Construcción gracias a su amplia experiencia en la arena política, pues antes trabajó para NALEO y para el supervisor de Los Angeles Mark Ridley-Thomas, cuando fungió como concejal del Distrito 8 en la ciudad de Los Ángeles.

Ambos empleos le dejaron un gran aprendizaje y muchas satisfacciones.

“Uno de mis mayores logros fue que cuando trabajé para NALEO tuve la oportunidad de administrar el proyecto del Censo de 2000. Esa experiencia fue la que me preparó para el trabajo que ahora desempeño en Metro”, dice. En esa misma institución, Olga trabajó en la organización de eventos especiales, un campo que también le atrae mucho.

La funcionaria estudió administración de empresas en la Universidad de Phoenix en el campus Southern California y tomó cursos también en Los Angeles Southwest College.

Olga nació en Tijuana, Baja California y llegó con su familia a Estados Unidos cuando sólo tenía nueve años. Aunque no sabía hablar inglés y el cambio de vida fue radical, subraya que a ella no le costó trabajo adaptarse.

“Aprendí el idioma muy rápido y siempre me sentí en casa pues cuando llegamos aquí ya teníamos muchos tíos y primos que se nos habían adelantado, nosotros fuimos los últimos de la familia en inmigrar”, precisa Olga, quien tiene un hermano y dos hermanas menores.

Desde hace 23 años está felizmente casada. Conoció a su esposo, quien es de Guadalajara, Jalisco, desde que ambos estudiantes en la preparatoria. “Era mi High School Sweetheart”, manifiesta entre risas. Juntos han procreado a tres hijos que son el mayor orgullo de Olga. “Tengo dos hijas, una de 22 años y otra de 19 que están en la universidad y un niño de 7 años”.

Aunque generalmente resulta difícil para las mujeres compaginar las actividades profesionales con las del hogar, Olga dice que para ella no ha sido difícil gracias que siempre ha contado con el apoyo de su esposo para la crianza de sus hijos.

Sobre sus pasatiempos, manifiesta que recientemente descubrió que es buena para jugar softbol. “Yo nunca practiqué deportes, pero hace poco mi esposo empezó un equipo de softbol y, para mi sorpresa, me dí cuenta que sí puedo. Recientemente participamos en un torneo y quedamos en segundo lugar, lo cual me llena de satisfacción”, asegura Olga, una mujer que sin duda sabe aprovechar las oportunidades que le presenta la vida para superarse en todos los aspectos.