Viaja en Metro a la exhibición The High Art of Riding Low

 

Son carros viejos, pero totalmente remodelados a mano y al gusto del dueño. Sus propietarios tardan años en terminar sus creaciones y no se diga en cuestiones de dinero. No se escatima y algunos de estos carritos clásicos pueden costar hasta 100 mil dólares. Este es el arte de los lowriders cars que se ha extendido no solamente a los vehículos, sino a artículos que se usan en la vida diaria, como sillas, asadores, pinturas y hasta patinetas.

Todas estas obras de arte identifican la cultura chicana y están siendo exhibidas en el Petersen Automotive Museum. El museo está dedicando una sala completa a la exhibición The High Art of Riding Low: Ranflas, Corazón e Inspiración en una muestra que examina el arte de 50 artistas que visualizan la cultura del  lowrider car por medio de vehículos, pinturas, esculturas y decoración de objetos como bancos, asadores y hasta zapatos.

“Esta exhibición refleja a nuestra comunidad. Es interesante ver cómo los carros fueron adoptados políticamente como una manera de expresión de los chicanos porque usan su carro para mostrar quienes son y a su comunidad”, explicó la doctora Denise Sandoval, curadora de la exhibición.

Hace unos días pasé por el museo tras darme una vuelta a la construcción de la extensión de Metro Purple Line y quedé fascinada con los lowriders. Uno en particular llamó mi atención, bueno en realidad todas las ranflas son preciosas. Comenzando con la piñata que es una copia exacta del famoso rider “Gypsy Rose”, creación del artista Justin Fabela. La real ranfla también está expuesta en el museo.

Se trata de Chevrolet Impala 1964 que se dio a conocer cruising sobre el Bulevar Whitter en los años 70s. La original quedó destrozada durante un accidente, pero fue recreada. Igual que la primera cuenta con 150 rosas pintadas a mano y está tapizada de terciopelo rosa mexicano, cuenta con candelabros y hasta un bar. ¡Es el sueño de todos!

El clásico “Our family car” me pareció espectacular. Se trata de un Chevrolet Sedan 1950 pintado por el legendario artista Gilbert “Magu’ Luján. A pesar de que el diseño de la carrocería es preciosa, también me sorprendió la expresión chicana dentro del vehículo.

En el techo se puede ver una pintura de la familia, e incluso las mascotas, los lugares y las cosas con que se identifican. El uso de colores brillantes resaltando la cultura de sus antepasados mexicanos también puede notarse al igual que imágenes de la Virgen de Guadalupe. Hasta figuras de nopales tiene de adornos en la parte trasera del asiento y en la carrozaría también. Sin dejar el detalle de las placas que leen: “FAM CAR”.

 

Otro carro que me impresionó fue “El Rey”, un Chevrolet Impala 1963, propiedad de Albert de Alba Sr, quien tardó seis años en equiparlo a su gusto con rines, llantas, motor, amortiguadores y otros artefactos.

Su nombre viene de una canción del artista Vicente Fernández. Me impactó ver la fotografía del propietario plasmada en la lamina de la puerta de la cajuela trasera.

“El muerto rider” es otro carro convertido que hacer alarde a la muerte y hasta los rines están decorados con la famosa calaca.

La cultura de los lowriders va más de los carros convertidos, en el museo puedes admirar pinturas de varios artistas como Frank Romero y otros artefactos que identifican la cultura chicana. La exhibición está disponible hasta junio de 2018.

The Petersen Automotive Museum

6060 Wilshire Blvd, Los Ángeles, CA 90036

Horas: 10 AM – 6PM

Precio: General $15 Estudiantes $12

Para llegar puedes usar las líneas de autobús 20 y 780 y muy pronto habrá un estación de Metro Purple Line gracias a la Medida M extiende hasta Fairfax en su primera fase

Para rutas alternas visita www.metro.net