Hablar de comida cubana es hablar de “ropa vieja” y si tiene el sazón tropical de Porto’s Bakery & Café, mucho mejor.
El otro día me fui a explorar la ruta de autobuses 460, que va rumbo a Disneylandia. Ya para llegar a Knotts Very Farm, justo donde está Movieland Wax Museum, me percaté de un edificio muy moderno y sofisticado con un cartel que dice Porto’s.
Sabía que el restaurante había abierto un establecimiento en Buena Park, pero no me lo imaginé tan amplio y bien organizado. De inmediato me bajé del autobús y lo primero que se me vino a la mente fue la imagen de un plato muy bien servido de “ropa vieja”. ¡Yummy!
Y fue exactamente lo que pedí.
El platillo lleva arroz, frijoles negros, plátano maduro frito y la ropita vieja, que es carne deshebrada hecha en una salsa de aceite de olivo, cebolla, ají verde y rojo, pimienta, puré de tomate, sal y aceitunas. ¡Tremenda mezcla!
“Se llama ropa vieja porque cuando hierves la carne se ve toda arrugada y cuando lo deshebras es como cuando una ropa se está deshilachando. Por eso lleva ese nombre”, me explica Beatriz Porto, propietaria del establecimiento.
Pero no tiene nada de vieja, la carne está súper blandita y deliciosa y los frijoles negros no se diga. Tienen un sabor medio agridulce, de esos que te hace seguir comiendo. Llevan trocitos de chile morrón rojo para darle color y sobre todo un sabor diferente, medio tropicalón.
Porto’s Bakery & Café es toda una cadena familiar de restaurantes que surgió ante la necesidad de Rosa Porto, la matriarca de la familia, de sostener a sus 3 hijos.
Mientras yo devoraba mi “ropa vieja”, Betty me contaba que durante los años 60 en Cuba, su padre fue obligado a labor forzada dejando a su madre prácticamente en la calle sin un centavo para alimentar a sus hijos. Fue cuando la señora Rosa decidió usar sus habilidades culinarias, sobre todo de repostería, para subsistir.
“Vendía pasteles a los vecinos. Ellos juntaban los ingredientes entre varias familias y mi madre les horneaba los pasteles. Como no había dinero, le pagaban con frijoles, arroz y hasta gallinas”, cuenta la empresaria.
Diez años después salieron de la isla y se establecieron en Los Ángeles, donde comenzó a hacer pasteles en su casa.
“Al principio era gente de nuestro pueblo que vivían aquí, pero luego se fue pasando la voz a los mexicanos, salvadoreños y otros latinos. Se hizo de clientela hasta que llegó un momento en que ya no tenía espacio en la casa”, comenta Betty.
En 1976 abrió su primer negocio en Echo Park luego se mudaron a Glendale y ahora tienen establecimientos también en Burbank, Downey, Buena Park y próximamente West Covina y Northridge.
Son las recetas propias de su familia y no las han cambiado. Betty cuenta que la abuela de su madre y tías eran excelentes cocineras y reposteras. Ahora La panadería ofrece más de 200 postres y panes y en pasteles tiene una variedad para todos los gustos que va de 15 a 20 diferentes estilos y sabores.
“A mi madre le encantaba hacer pasteles. La escuche decir que cuando terminaba de hacer un pastel… ya estaba pensando que el próximo sería más grande, más lindo y más grandioso”, dice.
Además de la ropa vieja, los pasteles y panecillos, no te puedes ir de Porto’s sin haber probado las papas rellenas, que son bolitas de papas capeadas rellenas de carne sazonada y súper crujientes. Te advierto que no te puedes comer solo una.
Los precios van desde $85 centavos por una papa rellena a hasta un plato de ropa vieja por $8.40
Porto’s Bakery & Café-Buena Park
7640 Beach Blvd,
Buena Park, CA 90620
Horas: 6:30AM-7PM
Para llegar puedes utilizar la línea de autobuses 460 rumbo a Disneyland y te bajas en el museo de cera.
Para rutas alternas visita www.metro.net
Categories: Antojitos por Metro