Una de las grandes ventajas de San Francisco, una de las ciudades más bellas de Estados Unidos, es su sistema de transporte público, en el que destaca el tren ligero. Este medio, conocido por su eficiencia y modernidad, da servicio diariamente a unas 151,300 personas, lo que lo convierte en el tercero con mayor número de pasajeros en Estados Unidos.

El sistema, operado por San Francisco Muncipal Transportation Agency, es la encarnación moderna de los coloridos tranvías que sirvieron a esa ciudad desde finales del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX. Aunque muchas de las vías de esos tranvías han sobrevivido en otras urbes, en San Francisco la mayoría se eliminó y, en su lugar, se establecieron rutas de autobuses después de la Segunda Guerra Mundial. A partir de 1970, cinco de esas líneas se convirtieron en vías para el tren ligero.

En 1980 se inauguró el Tren Subterráneo de Market Street. Recientemente, el sistema se amplió y, en 2007, empezó a operar el Tren Ligero de Third Street. Otros proyectos, como el Central Subway, están en vías de construcción. La tarifa básica de un boleto para un viaje es de $2.

Actualmente el sistema consiste en 71.5 millas (115.1 kilómetros) de vías, siete líneas de trenes ligeros, tres túneles, nueve estaciones subterráneas, 24 estaciones al nivel de la calle y utiliza una flota de 151vehículos, fabricados por la empresa Breda.

Además del tren ligero, San Francisco cuenta todavía con tranvías, autobuses de diesel y de combustible limpio, trolebuses y los famosos “cable cars” que atraen a milloens de visitantes cada año. Otra de las ventajas de este sistema de transporte es que opera las 24 horas del día, los siete días de la semana.