Pese a que los precios de la gasolina se han desplomado en California y las compañías dedicadas a la venta de autos han registrado ganancias históricas, el número de iniciativas de transporte para someterse a votación fue muy elevado el año pasado. Y lo más sorprendente es que el 71% de ellas se aprobó, de acuerdo con una nota publicada en NRDC.
¿Qué es lo que explica este fenómeno? ¿Por qué los votantes de todo el espectro político están apoyando medidas para respaldar el transporte público al tiempo que compran carros nuevos y los llenan con gasolina barata?
La respuesta es que se debe justamente a que están comprando muchos autos nuevos y los están llenando con gasolina barata.
Hemos discutido con anterioridad la cuestionable relación entre los precios de la gasolina y los abordajes en el transporte público (y la conclusión es mayoría de los conductores va a manejar y la mayoría de los pasajeros va a abordar el transporte público, sin importar el precio de la gasolina). Por esta razón es justo decir que básicamente no hay una relación entre los precios de la gasolina y las iniciativas de transporte.
Probablemente hay mucha gente que simplemente no cree que tenga sentido poner todas las fichas del transporte en una canasta, es decir, en las autopistas. Pero tal vez muchos ya están cansados de manejar. Quizás muchos han viajado por varias partes del mundo y han visto que las grandes ciudades tienen vastas redes de trenes.
Por lo que toca a las medidas electorales, Metro tiene una potencial para las elecciones de noviembre. Más información aquí.
Y acá el enlace a la nota completa: The public transport paradox.
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