Expertos dicen que las ciudades no deben ser para los autos

Un grupo de expertos en urbanismo, reunidos recientemente en Barcelona, llegó a la conclusión de que la ausencia del espacio público en las ciudades es un reto con implicaciones en todos los ámbitos de la gestión de las urbes y por ello se debe restringir el uso de los autos, según una nota publicada en el diario español El País.

Estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas indican que se espera que para 2035 haya 1.600 millones de vehículos a motor circulando en el mundo —excluyendo a las motos—. Un 60% más que en 2010. La mayor parte de este aumento se concentrará en el continente asiático, agravando aún más los problemas de movilidad del mundo en desarrollo. Para afrontar este desafío, los expertos que participaron en la reunión de Habitat III en Barcelona el pasado abril proponen potenciar el transporte público. También aconsejan construir vías ciclistas y peatonalizar las calles. Todo ello, con un objetivo en mente: lograr que la prosperidad de las urbes no pase por satisfacer las necesidades, siempre crecientes, del transporte privado.

¿Por qué es importante arrinconar el utilitario? La lista de motivos es larga, y un documento preparatorio de la conferencia Habitat III le pone cifras: si no se hace nada para cambiar la tendencia, es de esperar que las emisiones de dióxido de carbono derivadas del transporte se dupliquen entre 2010 y 2050, alcanzando las 12 gigatoneladas. Los países de ingresos bajos y medios concentran casi nueve de cada diez muertes prematuras derivadas de las partículas contaminantes que emiten los vehículos a motor. Por si fuera poco, la congestión del tráfico conllevará un aumento del tiempo que las personas dedican a llegar al lugar de trabajo. Horas que acarrean pérdidas económicas, por el tiempo dedicado a viajar, el desperdicio de combustible y el aumento de las emisiones. En el caso de Lima (Perú), estas se elevan al 10% del PIB. De media, las personas dedicaron cuatro horas a acudir al centro de la capital peruana.

A todo ello hay que añadir las carencias a las que apunta ONU Habitat en el estudio presentado en Barcelona: las carreteras de más de 18 metros de ancho, responsables de canalizar el tráfico, se han reducido en un 20% desde 1990. Y en algunas regiones, como África Subsahariana, las calles de menos de cuatro metros representan el 38% del total, cuando deberían suponer tan solo el 10%, por su función capilar. No en vano, la declaración de Barcelona, fruto del trabajo de los 700 ponentes reunidos en la ciudad catalana, consagra la importancia del transporte público, y la accesibilidad a pie y en bicicleta a los espacios públicos de las ciudades.

Ante este reto, el recetario de medidas —y ejemplos— es igualmente amplio. En el caso de Bogotá, la regularización de los asentamientos informales vino unida a la extensión de la red de autobuses a esos barrios, y la substitución de aquellos que eran más contaminantes. Nadime Amparo, responsable de la Defensoría del Espacio Público de la capital colombiana —un departamento que coordina las áreas de trabajo vinculadas al desarrollo de los espacios públicos—, explica que los planes del Ejecutivo municipal incluyen la construcción de la primera línea de metro de la ciudad, aunque ha modificado el proyecto para “elevarlo en 15 kilómetros del trayecto, y reducir el coste en un 50%.

Aquí, el enlace a la nota completa: http://elpais.com/elpais/2016/05/11/planeta_futuro/1462959599_506456.html