¿Podría ayudar a reducir el tráfico pagarle a la gente para que no maneje?

Por Marla Westervelt

Los expertos en transporte generalmente coinciden en que cobrarle a la gente por usar las autopistas es la mejor forma de reducir el tráfico. ¿Pero que pasaría si le pagamos a la gente por no usar las autopistas? 

No es un secreto que el condado de Los Ángeles tiene un problema de tráfico. Según el  Inrix 2017 Scorecard, Los Ángeles ganó nuevamente el primer lugar como la ciudad más congestionada del mundo, con un promedio de 102 horas desperdiciadas en el tráfico. Otros estudios han estimado que el costo de estar sentado detrás del volante en el tráfico le cuesta a los angelinos miles de millones de dólares en tiempo perdido y otros gastos cada año.

Para regresarle los angelinos dos semanas de sus vidas y reinvertir esos miles de millones perdidos en la economía necesitamos implementar ideas innovadoras extraordinarias. Estamos  invirtiendo fuertemente en ampliar nuestro sistema de transporte, pero ¿qué más podemos hacer para cambiar de manera dramática la forma en que los angelinos se mueven en el condado de L.A.?

¿Qué tal si le pagamos a la gente para que no maneje?

El  concepto es el mismo que el de pagar un precio por la congestión, pero en una dirección diferente.  Y es una opción que muchos – desde Southern California Association of Governments (SCAG) hasta el L.A.Times – piensan que tiene el valor de aliviar del tráfico, que cada día empeora. La pregunta es si  los incentivos de no manejar podrían ser tan efectivos como los desincentivos para conducir. ¿Y podrían implementarse antes?

Ha habido algunos programas pilotos limitados para probar este concepto, con agencias públicas que compensan a los usuarios por utilizar sus sistemas en las horas pico.  Por ejemplo,  BART en el Área de la Bahía,  anunció  que les ofrecería puntos de recompensa a los pasajeros que eligieran transportarse en su sistema en las horas pico. En Rotterdam, entre 2009 y 2012, el gobierno holandés patrocinó un programa piloto  para reducir el número de trayectos en las horas pico entre semana con un grupo al que se le dio a cambio una compensación monetaria. Este programa logró de manera exitosa reducir en un 7% los trayectos durante las horas pico. De acuerdo con el  L.A. Times, “Un estudio de 2008 le dio a los conductores en Seattle una suma hipotética en efectivo para que  la gastaran en sus trayectos en autopistas de paga enlazadas con los niveles de congestión del tráfico y les permitió quedarse con el dinero que no gastaron. En sus autos se instaló un equipo para monitorear sus patrones de manejo. El Departamento de Transporte de Georgia  también ha lanzado un programa que directamente recompensa a los conductores con efectivo o premios por usar una alternativa diferente al auto.

El condado de Los Ángeles podría ser un lugar excelente para desarrollar un software para probar y refinar este concepto. Aun una pequeña reducción  en el número de la gente que maneja durante las horas pico puede crear enormes beneficios para la movilidad. Pero desarrollar el alcance correcto del proyecto y el diseño del software será un reto, particularmente en lo que corresponde a los mecanismos para asegurar que los trayectos en las horas pico se eviten realmente y que la gente no haga trampa con el sistema.

Así que mientras esta opción parece cada vez más imperativa, el pagar a la gente para que no maneje podría ser una forma de recompensar a los angelinos por repensar cómo usar mejor nuestras carreteras y construir la infraestructura para ello, lo antes posible.

Marla Westervelt trabaja para la Oficina de Innovación Extraordinaria.