Sin querer queriendo, en el boulevard Whittier, a unos tres mil kilómetros de México, pero a sólo dos millas del centro de Los Ángeles, las cemitas poblanas de la familia Díaz, de San Martín Texmelucan, Puebla, poco a poco ganan terreno a las tradicionales hamburguesas o las ya conocidas tortas.
Y es que a lo lejos, parecieran hamburguesas por su pan de ajonjolí, pero al verlas de cerca se confunden con las tortas por su tamaño y estilo, sin embargo, al probarlas, la gente que las conoce, inmediatamente se da cuenta que son cemitas poblanas.
En cambio, quienes no las conoce y nunca las han probado, simplemente las saborean y voltean a ver a las cemitas una y otras vez para saber de qué están hechas, antes de que se la acaben y sin más contratiempos, continúa con su objetivo.
Adornadas con quesillo, aguacate, chipotle, cebolla, pápalo y la carne al gusto, la cemita poco a poco está siendo más conocida por la gente local, que lejos de conformarse con una hamburguesa de pollo o de carne de res o puerco, han optado por una cemita con mucho más variedad y sabor tradicional, incluso que las tortas.
“Lo que pasa es que el pápalo, el chipotle, combinado con el aguacatito y la cebolla rodeado de quesillo es lo que hace la diferencia”, explicó Gregorio Díaz, dueño de “Los Poblanos Cemitas”, troca de comida imposible de ignorar cuando viaja en la avenida Whittier, entre las calles Espence y Esperanza en Boyle Heights casi, casi con el Este de Los Angeles.
Además, el negocio que lleva 18 meses sirviendo decenas de cemitas diariamente, tiene un menú más variado, pero que no se sale del sabor tradicional poblano e inclusive han adoptado platillos como las quesadillas de huitlacoche, chicharrón, pollo, flor de calabaza, champiñones o…
Los huaraches de carne con nopales, lechuga, cebolla y salsa que son platillos obligatorios de la comida típica mexicana, pero el aroma que percibe el cliente mientras espera hacen que su boca se haga agua.
Y hablando de aguas, los sabores son tan extensos y diferentes que mucha gente llegan al local sólo para saborearla horchata, fresa, jamaica, piña, mamey o rompope, todas hechas de frutas naturales y con gran sabor.
Sin embargo, una de las cosas en lo que las cemitas se parecen a las hamburguesas, es la velocidad en que se preparan. “De 3 a 5 minutos. No más”, dice Díaz, quien invita a toda la gente, poblanos o no a probar el platillo. “Las cemitas son como las sabritas. No puedes probar sólo una”.
Además, si usted trabaja o no quiere esperar por sus cemitas, puede llamar por teléfono para pedir su orden y así usted simplemente llega a recogerlas (323) 973-9967.
El tamaño de las cemitas es muy generoso y sabemos que dejará satisfecho a los paladares más estrictos y a los estómagos más grandes.

Y para chuparse los dedos, llenos de salsa, una exquisita quesadilla de hongos a la parrilla y un huarache cubierto de nopales.
Sin embargo, la preparación de la comida es una tarea ardua para la familia Díaz, ya que aunque inician diariamente a las 9 a.m. y cierran a las 11 p.m. la labor se inicia desde a las 6 a.m., desde recoger la troca, lavarla y prepararla para que esté todo listo antes de que lleguen los primeros clientes a desayunar.
Por Metro: para llegar a Los Poblanos Cemitas tomar desde Union Station la línea 84 de Metro y bajarse en la esquina de la calle Esperanza y/o Metro Rapid 720 y caminar guiados por el aroma de las cemitas hacia la “troca”.
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